En la Catedral Metropolitana de Asunción se proyectaron mensajes como protesta contra el caso de acoso sexual que involucra al sacerdote Silvestre Olmedo y la joven Alexa Torres. Las frases fueron proyectadas hacia la fachada de la iglesia con expresiones como “¿Cuánto manoseo es acoso?”, “en este lugar encubren a acosadores y la justicia los avala” o “Alexa no estás sola”.

La intervención fue realizada anoche por parte de la Plataforma Universitaria Feminista luego que los mensajes de apoyo se hayan multiplicado en redes sociales, en apoyo a la joven denunciante y repudio en contra del cura párroco absuelto y los jueces que desestimaron la acusación.

Esta protesta se desarrolló luego que un Tribunal de Sentencia, integrado por Letizia De Gásperi, Dina Marchuk y Hugo Segovia, absuelva de culpa y pena al cura párroco a pesar de reconocer que manoseó los senos a la joven. Solo la magistrada De Gásperi votó por condenar al religioso.

“Efectivamente el cura párroco manoseó a Alexandra Torres en la espalda y en los senos, pero esto no es suficiente, deben existir otros hechos que constituyan un hostigamiento”, expresó el juez Segovia en su exposición de argumentos sobre su fallo.

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Antes del fallo, la Fiscalía pidió la pena de dos años de cárcel debido a que se probó durante el desarrollo del juicio la res­ponsabilidad del acusado en el grave hecho. Anuncian que se apelará esta resolución judicial y en caso de ser así, será un Tribunal de Apelación el que tendrá que decidir si anula la absolución o, en su defecto, confirma la absolución al religioso.

“El juez Segovia lo que dice es para que sea hostigamiento tiene que ocurrir más de una vez, no sirve que seas manoseada una vez, te tiene que manosear más de una vez. No sabemos cuántas veces, según el doctor Segovia, tiene que ser manoseada una mujer para que eso sea considerado acoso”, expresó Mirta Moragas, una de las abogadas de la joven.

Olmedo fue denunciado en el 2016 por una joven que mili­taba en la parroquia San José, de Limpio, en grupos juveni­les, ante autoridades civiles y eclesiásticas. La mujer afirmó que el religioso la manoseó aprovechándose de la con­fianza que ella tenía hacia el sacerdote.

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“Es superinjusto que no se le condene a una persona que te tocó el pecho y no reciba ninguna sanción. Sus palabras me dan ganas de vomitar porque miente”, expresó la víctima. Con relación a si apelará este fallo indicó: “Eso quedará en manos de los abogados, si ape­lan o no”.