Por Viviana Orrego
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María Cristina Lamas Torres es una compatriota que sobresale por sus estudios fuera del país. Ella se encuentra en México en el marco de un Programa de Intercambio Cultural de Estudiantes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es la única paraguaya entre los 555 estudiantes universitarios de 30 países que logró acceder a este programa.
La compatriota de 33 años, oriunda de Lambaré, es licenciada en Administración de Empresas por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCE-UNA) y se encuentra cursando el último año de su segunda carrera, que es Contaduría Pública, con la que realizó el intercambio cultural en la UNAM, que actualmente ocupa la posición 100 del QS World University Rankings 2021, entre mil universidades rankeadas, lo que la posiciona como la mejor universidad de México y una de las dos mejores en Iberoamérica, después de la Universidad de Buenos Aires, que ocupó la posición 66.
Esto, con el objetivo de buscar una enseñanza con estándares de calidad internacional, mediante el Programa Nacional de Becas de Posgrado Don Carlos Antonio López (BECAL), en la modalidad auto-gestionada.
“Me encuentro en el último año de la carrera de Contaduría Pública en la UNA, y gracias a esta beca vine a México a hacer un semestre de la carrera en una de las mejores universidades iberoamericanas, según el ranking mundial de universidades, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)”, contó Lamas.
“El objetivo es que esta experiencia estudiantil internacional contribuya a aumentar los niveles de generación y aplicación de conocimiento a través de enseñanzas con mayores estándares de calidad. En mi caso, las asignaturas que llevo durante el intercambio se encuentran relacionadas a las áreas de Auditoría, Costos, Inversiones y Emprendedurismo. Asignaturas que guardan estrecha relación con el ejercicio de la profesión contable por su aplicación”, indicó la beneficiaria del programa de intercambio estudiantil a nivel de carrera de grado.
Lamas es trabajadora de la función pública, por ello espera que los conocimientos que adquirió en México sirvan para ayudar desde la Gerencia de Fiducias o desde su cargo como Analista en la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), que tiene justamente como objetivo el desarrollo económico del país, otorgando créditos al sector público y privado.
Mejor servicio a la sociedad
“Mi objetivo como profesional es especializarme en auditoría o costos, por eso decidí estudiar esta segunda carrera y ahora en el intercambio tomé esas materias, con las que tengo mayor vocación. Soy funcionaria pública, por esa razón me gustaría que mis conocimientos sean útiles para un mejor servicio del Estado a la sociedad y estar más a nivel del mundo”, indicó Lamas.
Agregó que mediante el intercambio aprendió procesos contables que se están aplicando a nivel internacional que en Paraguay todavía no se están adoptando esas normas o procesos tanto de auditoría como en el área de la contabilidad.
“Con este intercambio estudiantil me di cuenta de que hay tantas cosas que desconozco, que tengo muchísimo por aprender y que no está de más seguir estudiando y no quedarse con lo mínimo exigible. Me gustaría seguir aprendiendo y conociendo el mundo de los números, las finanzas. De hecho, a la par que llevaba las clases he llevado también un diplomado en Educación Financiera, que me ayudó bastante a conocer la economía de México y así entender muchos aspectos financieros”, relató la paraguaya que sobresale con sus estudios en suelo azteca, donde se encuentra compartiendo conocimientos y experiencias con estudiantes universitarios de 149 universidades de varios países.
Al mismo tiempo, la becaria manifestó que a su retorno al país le gustaría hacer cosas distintas en su área, aportar en alguna mejora en los procesos de la contaduría pública que ya existen o proponer otros.
“En el área donde estoy me he estado desempeñando muy bien, pero considero que también podría ser muy útil analizando inversiones, quizá participando en el diseño de sistemas de control, auditorías, o análisis de costos. Espero que pueda contribuir con nuevas ideas y nuevos enfoques”, indicó la compatriota al ser consultada sobre dónde se ve trabajando a futuro o qué cargo le gustaría ocupar en el lugar donde trabaja actualmente.
Lamas cuenta que desde el inicio de la cuarentena en México, no ha vuelto a la Facultad de Contaduría de la UNAM, ya que se suspendieron las clases presenciales y que al dictarse el confinamiento obligatorio automáticamente se procedió a las clases virtuales -utilizando plataformas digitales- sin ningún tipo de problema o retraso, lo que le sorprendió bastante.
Aseguró que no se perdió ni un solo día de clases y afirmó: “Debo reconocer que me sorprendió el nivel de adaptación que tanto profesores como alumnos desarrollamos en este tiempo para lograr que las clases no bajen de calidad y que la motivación no se pierda”.
También manifestó que pronto volverá a Paraguay con el apoyo de Becal porque sus clases en México están por culminar, mientras que las clases en la UNA ya se iniciaron y las desarrolla de manera virtual desde donde se encuentra.
Sobre la beca que obtuvo, explicó que es una de las beneficiarias de las becas autogestionadas de movilidad nivel grado del Programa Nacional de Becas BECAL y que es autogestionada, ya que el interesado es quien realiza todos los trámites con la universidad donde desea hacer el intercambio, hasta conseguir la carta de aceptación.
Para lograr la aceptación, la universidad (de destino) exige cumplir mínimos requisitos como un promedio alto en calificaciones, buenas referencias y recomendaciones de profesores, entre otros documentos pertinentes.
Por su parte, también la universidad (de origen en este caso la UNA) propuso la postulación de Cristina Lamas a la universidad extranjera a través de una carta de recomendación. Cuando la universidad de destino expide la aceptación del alumno, el interesado en la beca autogestionada se postula a la beca para obtener los recursos financieros que necesita para estudiar en el extranjero.
La beca en la modalidad autogestionada cubre, entre otros gastos, los de pasaje, manutención, y seguro médico por el tiempo que dura el periodo de clases, según relató.
Durante el semestre pre-COVID-19, la estudiante intercambiada contó que prácticamente vivía en la universidad, ya que tenía clases de mañana desde las 07:00 y de noche hasta las 21:30 de lunes a sábados. Explicó que por las tardes –que estaba libre de clases presenciales– realizaba investigaciones en la biblioteca.
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