Se trata de un listado que establece cinco grandes grupos: riesgo bajo, bajo-moderado, moderado, moderado-alto y alto. En una escala del 1 al 10, hacer las compras es menos riesgoso que ir a la peluquería, por ejemplo.

Sin lugar a dudas nuestras vidas cambiaron desde hace 7 meses, cuando se inició la pandemia del COVID-19. Actividades que antes eran normales, hoy representan un menor o mayor grado de riesgo para contraer el virus pandémico. En ese sentido, la Asociación Médica de Texas elaboró un ranking en el que evalúa 37 acciones clasificadas según el riesgo de contagio, como ir al súper, pedir comida, trabajar o realizar ejercicios.

Entre las actividades de riesgo bajo, abrir el correo es la acción de menor riesgo de todas, luego, también en este primer grupo pero un pequeño peldaño más peligroso está pedir comida para llevar en un restaurante, cargar combustible, jugar al tenis y acampar.

En tanto que las de riesgo bajo-moderado está hacer las compras, salir a caminar, correr, andar en bicicleta con otros o jugar al golf. En tanto que un lugar más arriba ocupa el puesto de hospedarse en un hotel por dos noches, sentarse en la sala de espera del médico, visitar una biblioteca o museo, comer en un restaurante al aire libre, caminar en el centro de la ciudad o pasar una hora en la zona de juegos de una plaza.

Mientras que en riesgo moderado los expertos advierten sobre cenar en la casa de otra persona, asistir a una barbacoa al aire libre, ir a la playa o comprar en un centro comercial. Con un nivel mayor aparece enviar a los niños a la escuela, trabajar una semana en un edificio de oficinas, nadar en una piscina pública o visitar a familiares adultos mayores o a amigos en sus casas.

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En el grupo de moderado-alto, los médicos norteamericanos ubican la visita a la peluquería, comer en un restaurante (interior), asistir a una boda o a un funeral, viajar en avión, jugar al básquet o al fútbol, y abrazar o saludar con un apretón de manos a un amigo.

Y finalmente, como riesgo alto, se ubica comer en un bufé, ir al gimnasio, a un parque de diversiones, al cine, al teatro, asistir a un concierto masivo, a un estadio deportivo, participar de un servicio religioso con más de 500 personas o ir a un bar.

Hay que mencionar que días atrás se conoció una investigación científica que explicaba que los bares son un gran foco de transmisión de coronavirus. Allí, se convergen los miedos de todos los infectólogos: nulo distanciamiento social, nadie usa mascarilla, no suele haber ventilación y el consumo de bebidas hace que la gente pierda el control y no cumpla con las medidas de prevención básicas.

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