Como es sabido, los pacientes con COVID-19 a nivel mundial son internados si así lo requieren, pero ya no pueden recibir ninguna compañía. En nuestro país se implementa el mismo sistema en pacientes adultos, pero en el caso de los pediátricos sí requieren la compañía de un adulto.

El médico infectólogo Tomás Mateo Balmelli explicó que por fortuna en el país hay pocos pacientes pediátricos internados y que cuando estos requieren hospitalización, deben permanecer acompañados de un adulto, ya sea padre, madre o encargado que no sea del grupo de riesgo.

“Los niños se internan solo en excepciones, esa es la regla. Se internan muy pocos niños y deben permanecer con un adulto”, aseguró en contacto con Canal GEN y Universo 970 AM.

Aclaró que los encargados que quedan con los menores no pueden salir de la habitación en ningún momento y que a los mismos se les entregan equipos de bioseguridad para permanecer en compañía de los niños. “No pueden salir ni a tomar agua. Quedan internados los dos”, manifestó.

Afirmó que cada hospital público, privado y previsional tiene áreas destinadas a pacientes con síntomas respiratorios bien específicas. Aseguró que estas cuentan con consultorios de urgencias totalmente separados de los pacientes que no presentan síntomas.

“Intentamos que aquellos niños o adultos que presentan síntomas de COVID-19 no se mezclen con los pacientes polivalentes”, ratificó.

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Resaltó que en estas áreas hay una atención diferenciada y que son totalmente diferentes al de un consultorio normal. “Los equipamientos son diferenciados al área de no COVID-19. Al llegar a la clínica todos los pacientes deben pasar por el triaje, donde una enfermera hace una serie de preguntas para derivar a los pacientes”, dijo.

Este sábado, desde el Ministerio de Salud dieron a conocer el informe actualizado de COVID-19 en Paraguay e informaron que se registraron dos nuevos fallecidos y 104 nuevos casos activos. Así también, 41 personas están internadas.

Con estas dos nuevas víctimas, Paraguay alcanza 40 muertes, y el mes de julio se convierte en el peor de la pandemia, con un total de 23 fallecimientos, incluyendo una semana consecutiva de malas noticias por la pérdida de diez vidas.

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