Científicos encontraron que estos dispositivos hacen dispersar cantidades alarmantes de bacterias de las manos sobre superficies y en el aire.
Con la pandemia desatada por el COVID-19 y las medidas sanitarias que se deben adoptar para evitar la propagación del virus pandémico, el secado de manos forma parte esencial del proceso de cuidados.
No solamente, es importante lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos, la forma en que nos secamos las manos, también lo es. Desde la Dirección de Vigilancia de la Salud mencionaron que el secador de manos eléctrico no es recomendable utilizarlo dentro de un ambiente donde puedan existir personas enfermas, ya que esta acción podría dispersar cualquier tipo de microorganismo de superficies y alrededores.
La doctora Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, indicó incluso que el aire que lanza el dispositivo para lograr el secado de las manos puede llegar a modificar por breve tiempo la temperatura de la superficie de la piel o las manos. “En caso que se tome la temperatura en la mano o la muñeca puede tener esa pequeña variación”, expresó.
Al respecto, es importante señalar que científicos de la Universidad de Leeds, Reino Unido, el Hospital Saint-Antoine de París, Francia, y la Universidad de Udine, Italia encontraron que estos dispositivos hacen dispersar cantidades alarmantes de bacterias de las manos sobre superficies y en el aire.
Igualmente, un estudio efectuado por una universidad de Londres determinó que los secadores de manos eléctricos que calientan el aire duplican el número de bacterias de las manos durante el proceso de secado.
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Termómetros y su utilización
Con relación a la medición de la temperatura corporal, la profesional de la salud manifestó que es un procedimiento que se viene realizando por décadas en diferentes zonas anatómicas del cuerpo, dependiendo del tipo de termómetro.
Explicó que tradicionalmente se empleaban los termómetros de contacto, que son los de mercurio, que tienen su localización específica para la toma de temperatura en la región axilar, rectal y en boca.
“En relación a esto se vio que algunas enfermedades podrían transmitirse por contacto, sobre todo por la presencia de bacterias que podrían quedarse pegadas en estos termómetros si no se los higieniza correctamente. A raíz de esto, comenzó a surgir la medición de temperatura sin contacto, que se llevan a cabo con los termómetros de medición infrarroja”, agregó.
En este sentido, es el fabricante quien explica que el sitio recomendable para una toma correcta de la temperatura corporal es la frente y que esto se debe porque en esa zona el dispositivo detecta la radiación de calor del cuerpo con una mayor exactitud.
Para salir de la duda, la doctora sugiere chequear el prospecto del termómetro antes de comenzar a utilizarlo. Mencionó además que por lo general, los dispositivos para la medición de temperatura indican como punto de control efectivo la frente o la sien, esto debido a que la arteria temporal ubicada en esa región de la cabeza es la que mantiene una temperatura más estable. Afirmó que medir la temperatura fuera del lugar anatómico indicado, puede dar una medición irreal.
Temperatura normal
Hay que tener en cuenta que la temperatura normal del cuerpo humano va de 36,5 a 37,5 °C. “A veces nos leen la temperatura y dice 33,5 °C, eso es un error”, argumentó la doctora y agregó que esto puede darse cuando el dispositivo está mal calibrado.
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Ratificó que el control de temperatura funciona como el filtro de supervisión para detectar y alertar ante un posible caso de enfermedad y a la vez orientar a la persona para recurrir a la consulta médica. “Es importante este filtro si lo utilizamos de forma adecuada”, sostuvo.
Recordemos que las medidas sanitarias instauradas para el ingreso a establecimientos comerciales, empresas e instituciones como el lavado de manos, el uso de mascarilla, el distanciamiento físico y el filtro de temperatura constituyen estrategias sumamente importantes de prevención.