Por Viviana Orrego
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La educación superior, con la situación de confinamiento y distanciamiento social generada por la pandemia del COVID-19, se reinventó y se constituyó en lo que se denomina “Enseñanza telemática de emergencia”, que no es propiamente educación a distancia que tiene otra lógica y lenguaje.
Esto sufren todas las instituciones del mundo y las 55 instituciones, universidades e institutos del país tras la resolución Nº 8 del Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), con la que se implementó esta modalidad tras la reglamentación para su aplicación, así lo explicó el prof. Msc. Felipe Miguel Villalba Benítez, docente de la UNA y experto en tecnología aplicada a la educación.
Según el profesional, la educación superior que tiene por objeto formar al bono demográfico que son los profesionales universitarios del futuro, se enfrenta a una complejidad monstruosa, habiendo muchas brechas digitales en distintos niveles. Esto, tras la resolución Nº 4 “Que establece la facultad de las instituciones de Educación Superior para aplicar herramientas digitales de enseñanza-aprendizaje en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19 dispuesta por autoridades nacionales”.
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“Pasamos de una situación abrupta en donde prácticamente el 98% del sistema de educación superior que es presencial, pasa de golpe a un sistema virtual y esto representa un gran desafío. Es decir, enfrentar una monstruosa brecha digital en distintos niveles. Entre una escasa infraestructura de telecomunicación que tenemos a nivel país, una brecha digital en donde la persona o sociedad no cuenta con un dispositivo smartphone, una PC, laptop o si lo dispone no tiene internet, que es otro nivel de brecha digital. También hay personas que disponiendo todo esto, en su comunidad no existe la infraestructura que se debe tener para que se le provea de internet que necesita”, explica Villalba Benítez.
Agrega que la ignorancia o el analfabetismo digital también es una brecha y a todo esto en sus distintos niveles de complejidad debe enfrentarse la educación superior.
Con la resolución Nº 4 se autorizó la implementación de plataformas y herramientas digitales, luego de una sistematización y formalización de todos los procesos. La misma rige para todas las unidades académicas de la UNA y las instituciones de Educación Superior del Paraguay, desde la declaración de pandemia por el COVID-19 y el confinamiento obligatorio que obligó al Cones a resolver estos problemas.
“Hay que tener en cuenta que dentro de esta situación a nivel mundial a esto le llamamos ‘Enseñanza telemática de emergencia’, porque la educación a distancia como tal es una educación que tiene una lógica, tiene un sistema, tiene un lenguaje, con una formalidad sumamente estricta y meticulosa que –obviamente a partir de este año– se generó también la matriz de calidad de la educación de calidad a distancia por la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes)”, aclaró el experto.
Agregó que cada institución tiene sus cronogramas, su manera de manejarse académicamente y con el COVID-19 se vio alterado por las restricciones de confinamiento y el distanciamiento social todo el espectro de la educación superior. Por lo que tuvo que reinventarse, no reconstituirse o regenerarse, se inventó algo completamente nuevo y todo el proceso administrativo, académico, se hicieron nuevos planteamientos sobre cómo va ser la organización docente, entre otras cosas.
“No queda de otra, es lo que tenemos y hay que hacer a nivel del sistema de educación superior para salvaguardar el derecho humano del estudiante, que es su derecho a la educación, que está establecido en el artículo Nº 24 y 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y está consagrado y ratificado en nuestra Constitución Nacional y en el pirámide de Kensel tiene su derrame jurídico en leyes”, explicó al ser consultado sobre si la educación no podría quedar en pausa en lo que dure la pandemia.
En cuanto a la resolución Nº 8 “Que establece pautas generales para las instituciones de Educación Superior (IES) en la aplicación de herramientas digitales”, indicó que algunas unidades académicas de la UNA, que ya tenían clases semipresenciales, no les es difícil la transición, mientras que en las demás unidades académicas los docentes se encuentran en un proceso intensivo de capacitación para dar respuesta a las nuevas necesidades que surgen en esta nueva modalidad de educación telemática de emergencia.
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Las unidades académicas se encuentran en pleno trabajo de reglamentación, basados en las circunstancias actuales, ya que el régimen anterior no puede ser implementado porque son reglas hechas en otros escenarios ajenos a lo que se desarrolla ahora. “Esas reglamentaciones son pre-COVID-19 y estando en una situación modo COVID-19 no podemos, por ejemplo, exigir asistencia a los estudiantes, que era un requisito fundamental para la acreditación a exámenes finales”, precisó.
En ese sentido, se replantean nuevos procesos académicos que vienen de la educación conocida formalmente “a distancia”, que tiene su marco regulatorio dentro de la Ley 4.995/13 de la Educación Superior, diferenciado al presencial.
“Estamos en un proceso intensivo de capacitación docente para que tengan las habilidades mínimas necesarias en esta situación de enseñanza telemática de emergencia, para que ellos puedan estar en condiciones de organizar la guía didáctica de las disciplinas a su cargo, preparar materiales didácticos digitales con base en los programas de las asignaturas y las guías de trabajo en relación con lo que permite esta educación telemática que sean amigables para el estudiante”, finalizó.