La contagiosa pandemia del COVID-19 cambió la vida de las personas en todos los ámbitos y hay que seguir buscándole la vuelta para continuar adelante. Cada vez se imponen nuevas y originales modalidades para participar en acontecimientos sociales.
De eso pueden dar fe los novios María de Lourdes Mansito Agüero y Damián Mateo Nuñez Duarte, quienes unieron sus vidas en matrimonio religioso y civil este domingo 19 de julio, en una original ceremonia realizada en la Parroquia Las Mercedes, de Asunción.
La celebración se llevó a cabo con los permisos correspondientes, medidas de seguridad sanitaria, esencialmente uso de tapabocas y distanciamiento social. Se limitó la asistencia a fin de evitar innecesaria aglomeración.
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El sacerdote que dirigió la ceremonia, una jueza para refrendar el matrimonio civil y además de los novios participaron los padres, padrinos, hermanos, testigos, un fotógrafo e integrantes del coro. Aquellos familiares, amigos y allegados que no pudieron participar tuvieron la opción de seguir la celebración en directo a través del sitio web de Youtube.
Las invitaciones fueron remitidas con anticipación, con el agregado del link correspondiente para que los internautas puedan prenderse a la transmisión y acompañar el enlace matrimonial, que duró cerca de una hora. En un momento dado, más de 120 personas se conectaron al sitio, a la par que se multiplicaron los comentarios y felicitaciones.
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Era para el 26 de abril
“La boda estaba programada para el 26 de abril. Nos pusimos tristes, pero nuestros padres, amigos y el sacerdote nos animaron a casarnos igual. Queríamos hacer una fiesta, pero eso ya no pudimos hacerlo”, dijo a La Nación la novia María de Lourdes Mansito.
También comentó que “pensamos para fin de año, pero como esto del COVID-19 parece que va para rato, nos animamos a hacerlo ahora. Hace como 20 días nomás nos decidimos”, indicó.
Bendición de los abuelos
Los flamantes esposos fueron a pedir la bendición a sus abuelos al final de la celebración, pero a la salida de la iglesia se encontraron con una grata sorpresa.
“Nuestros amigos fueron en caravana a esperarnos frente a la iglesia para darnos una sorpresa. Fue muy emocionante salir y encontrarles. Nos sentimos muy mimados y queridos. Fueron cuidadosos y nos tocaban la bocina nomás”, destacó la feliz novia.