El intendente de Luque, Carlos Echeverría, lamentó el relajo de la ciudadanía luego de que se confirmara un masivo brote de COVID-19 cuya consecuencia fue la declaración de emergencia sanitaria tras el aumento de casos derivados del local comercial “El Cacique” ubicado en el centro luqueño, a pocas cuadras del Estadio Feliciano Cáceres.
Hasta el momento son 45 las personas que dieron positivo a la prueba y que guardan relación con este local comercial, entre empleados y clientes. La medida establecida por la comuna incluye estrictos controles a los comercios como parte de la declaración de emergencia durante 90 días.
Incluso se llegará a controlar el uso obligatorio de tapabocas entre la población y el cumpliemiento de las medidas sanitarias de los locales comerciales. Resaltan que el 45% de los 66 casos activos en esta ciudad proviene de este supermercado. “Hemos tomado la decisión de llevar adelante un estricto control, principalmente en los comercios”, afirmó Echeverría.
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El jefe comunal señaló que la resolución en ordenanza municipal deberá ser autorizada por la Junta que se reúne mañana martes. Aseguró que no harán uso de ningún fondo municipal para llevar a cabo los controles.
“Lastimosamente se llega a esta situación. El espíritu de esto no es clausurar todos los locales pero sí exigirles las medidas sanitarias y también pedir a la ciudadanía que tiene su parte, significa que uses tu tapabocas para ingresar al local. El que toca también tiene que tomar conciencia, puede ser asintomático, toca una galletita y ya deja el virus”, expresó el intendente en contacto con 1020 AM.
Luego que 30 personas dieran positivo, tan solo entre empleados del supermercado, se decidió cerrar sus puertas después de 12 días del primer caso reportado. Ordenó que todos los trabajadores guarden cuarentena durante dos semanas, desde este lunes hasta el próximo 26 de julio.