En el 2013 Gabriel Insfrán era supervisor de cobranzas en una financiera, además estaba a punto de convertirse en padre. Le dijo a su esposa que él se encargaría de los gastos de la casa para que ella se dedique al cuidado del pequeño, pero un día le asaltaron para robarle la moto y le dispararon en la espalda. Desde ese día, la vida del joven cambió por completo porque quedó en silla de ruedas y la empresa en la que trabajaba no se hizo responsable de sus gastos, por lo que tuvo que vender hasta su casa para costear sus operaciones y rehabilitación.
Mucho tiempo buscó trabajo pero sin resultados, empezó vendiendo productos por la calle para tener un ingreso, ya que tanto él como su esposa, Lilian Franco, necesitan medicamentos. Lilian tuvo un ACV, por lo que no puede dejar de recibir sus remedios. Gabriel pudo conseguir una moto adaptada para vender empanadas y salía de madrugada, pero con la llegada de la pandemia ya no pudo hacerlo.
“Busqué la forma de encontrar una salida y como tengo una perrita, empecé haciendo para ella la casita. Con mi hermano vi la posibilidad de conseguir palets y tenía sillas viejas que se descompusieron y todo, así empecé”, comentó a La Nación.
“Mi suegro era albañil y dejó acá su cinta métrica y su martillo, yo compré un serrucho. Empecé a hacer, me salió tan lindo y mi esposa me dijo para hacer y vender. Empecé a publicar y la hermana de mi cuñado fue la primera que me compró y después la gente ya veía lo que hacía. Encontré una salida por el momento”, dijo Gabriel.
Necesita herramientas
El entrevistado manifestó además que ahora necesita algunas herramientas para seguir trabajando, porque con el serrucho le hace doler los brazos ya que corta las maderas de manera manual y eso implica un gran esfuerzo.
Contó además que publicó en el grupo de Facebook denominado Cambachivache que estaba interesado en cambiar una casita por herramientas y a partir de ahí recibió ayuda. “Una señora de Roque Alonso me preguntó si no necesitaba herramientas y ella me donó esa sierra taka taka que se le dice y con ese corto tranquilamente las maderas. Un señor también me preguntó y publicó que iba a cambiar algo que él tenía por herramientas, pero esas no me llegaron todavía”, expresó.
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Lo que más está precisando en estos momentos es una cepilladora eléctrica para limpiar los palets y así convertirlos en las casitas para los peluditos de la casa.
Su sueño
El entrevistado mencionó que su sueño es tener un trabajo estable con un seguro médico para su esposa, él y su hijo de 7 años, quien comentó es su gran ayudante. “Quiero poder tener un trabajo estable donde pueda ganar seguro, porque por mi situación consumo medicamentos y mi señora también. Siempre busco un trabajo estable para tener un seguro médico y poder subsistir porque tengo un hijo también que tiene 7 años y quiero darle a él un futuro para que pueda ir a la universidad y sea un profesional”, confesó.
Pedidos
Gabriel y su familia viven en la casa de su hermana en Ypané, pero ahora con la cuarentena ella también se quedó sin trabajo. “Ahora con mi señora se pusieron a hacer empanadas de mandioca. Suelo alzar en el Facebook y los pedidos que son cerca llevo en mi motito o la gente puede venir a llevar”, agregó.
Las personas que quieran colaborar con Gabriel y su familia pueden hacerlo comunicándose al (0984) 730-277, donde reciben pedidos de empanadas de mandioca y casitas para perros, las cuales fabrica y vende dependiendo del tamaño que piden los clientes.