Hoy se cumplen 5 años de la histórica visita del papa Francisco al Paraguay. Fueron días que sellaron líneas doradas en la rica historia espiritual de nuestra querida nación guaraní. Esos memorables momentos vividos con el sucesor de San Pedro, cabeza de la Iglesia Católica, siguen latentes en la memoria de quienes vivieron de cerca este histórico momento.
Católicos y no católicos coparon las calles y llegaron hasta uno de los tantos sitios donde este carismático e influyente líder religioso tenía previsto estar. Llanto, alegría, felicidad, miedo, fe, fueron solo algunas de las emociones que vivieron los más devotos católicos que lo vieron pasar, lo sintieron y vibraron con su presencia.
Si bien Francisco ya había visitado Sudamérica al poco tiempo de asumir como Papa, eligió a Paraguay para culminar su primera gira pastoral por el continente que lo vio nacer. Aunque no estuvo por su Argentina querida, voló sobre parte del cielo de su nación y envió un telegrama a la entonces presidenta Cristina Fernández para saludarla y pedir permiso de usar el espacio aéreo.
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En ese entonces, el Grupo Nación te acompañó en toda esta gira y te contó todo lo que se vivió desde Ecuador, Bolivia, y cómo fueron los primeros minutos de la llegada al suelo guaraní desde el avión Alitalia, que llevó al pontífice en esta gira.
Ahora te rememoramos algunos de estos momentos, históricos y emotivos que se vivieron desde aquel 10 de julio del 2015 hasta que el pontífice regresó al Vaticano el 12 de julio, luego de estar poco más de 48 horas en suelo paraguayo.
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La llegada
El reloj anunciaba las 14:50, una mansa lluvia caía en la capital de la República cuando se anunciaba la llegada del avión. Entre la tenue llovizna y el sol que se asomaba por ratos aterrizaba al corazón de América del Sur el máximo representante de la Iglesia Católica.
Conocida como tierra de valientes, los descendientes de la raza guaraní dieron un caluroso recibimiento al papa Francisco. Peregrinos de todas partes del territorio nacional aguardaban su presencia en el aeropuerto Silvio Pettirossi, lugar que recibía al segundo pontífice, ya que en 1988 lo había hecho con San Juan Pablo II, entonces sumo pontífice.
Una vez en suelo guaraní, fue directo al Palacio de López, donde el entonces presidente, Horacio Cartes, le dio oficialmente la bienvenida al país. Francisco, además de ser sumo pontífice, es también titular del Estado de Vaticano, por lo tanto el encuentro entre jefes de Estado no podía esperar.
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Entre el sábado y domingo, su apretada agenda incluyó visitas al Bañado Norte, donde se reunió con los más humildes; además, estuvo en el León Condou en la Catedral, en el Hospital Acosta Ñu, la Fundación San Rafael, Ñu Guazú, en la Costanera con los jóvenes. Así también, llegó hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé para ese encuentro cercano con la Virgen, a quien él tanto amaba y admiraba.
Te recordamos algunos de los mensajes que dejó el papa Francisco durante su estadía por Paraguay:
“Los pobres tienen mucho que enseñarnos en humanidad, bondad y sacrificio. En ellos vemos el rostro y la carne de Cristo” (León Condou).
“Cuando pensaba en ustedes, me recordaba a la Sagrada Familia. Ver sus ojos, sus hijos y sus abuelos. Escuchar sus historias. Todo lo que pelean para una vida digna, un techo” (en el Bañado Norte).
“El llamado por Dios no se pavonea. No anda tras reconocimientos y aplausos pasatistas. No siente que subió de categoría. Ni trata a los demás como si estuviera en un peldaño más alto”.
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“María es la madre de toda la Iglesia, testimonio fiel de que Dios no defrauda y mucho menos abandona en las situaciones adversas y penosas que se presentan. Siempre está ahí, a nuestro lado. Nos abraza, aconseja y, sobre todo, ayuda y motiva a seguir con la frente en alta y con mucha fe” (Caacupé).
“Hospitalidad con el hambriento, con el sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso, con el leproso, con el paralítico. Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido, a veces por culpa nuestra. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra paraguaya es tan rica” (Ñu Guazú).
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“La Iglesia es madre, como María. En ella tenemos un modelo. Alojar como María, que no dominó ni se adueñó de la palabra de Dios. Sino que, por el contrario, la hospedó, la gestó y la entregó. Alojar como la tierra, que no domina la semilla, sino que la recibe, la nutre y la germina. Así queremos ser los cristianos. Así queremos vivir la fe en este suelo paraguayo, como María. Alojando la vida de Dios en nuestros hermanos con la confianza, que el Señor nos dará la lluvia y la tierra dará sus frutos” (Ñu Guazú).
“Tener el corazón libre, un corazón que pueda decir lo que piensa, que pueda decir lo que siente. Que pueda hacer lo que piensa y lo que siente, ese es un corazón libre” (Costanera).
“No queremos jóvenes debiluchos. Jóvenes que están ahí nomás, ni sí ni no. No queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburrido. Queremos jóvenes fuertes, con esperanza y con fortaleza” (Costanera).
“Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen. Hagan las dos cosas: hagan lío y organícenlo bien” (Costanera).