Estamos viviendo momentos históricos. La pandemia de COVID-19 ha tenido un gran impacto en prácticamente todos los países del mundo, al tiempo que las protestas contra el racismo del movimiento “Black Lives Matter” tanto en los Estados Unidos como en Europa exigen cambios en la sociedad.
Estos acontecimientos ya han empezado a influir en el modo en que vivimos la vida, incluido el ocio que consumimos. En materia de entretenimiento, el qué y el cómo son dos aspectos que están dando mucho que hablar estos días, con debates que podrían introducir cambios irreversibles en la sociedad.
En este artículo analizaremos qué aspectos de la situación actual y del futuro más cercano podrían tener un impacto importante en nuestro modo de disfrutar del tiempo libre.
Eliminación de películas y series
Las manifestaciones en apoyo a George Floyd en todo el mundo hicieron que muchos personajes públicos sumaran su voz a las olas de protesta contra el tratamiento que reciben las personas de color por parte de las autoridades.
Esto incluye varios canales de televisión importantes, que tuvieron que replantear su oferta a raíz de las numerosas quejas que recibieron.
HBO Max, un servicio de streaming lanzado por Warner Bros para competir con Netflix en los Estados Unidos, retiró la épica “Lo que el viento se llevó” (1939) tras una reclamación del famoso cineasta John Ridley, que mostró su desacuerdo con la glorificación que la película hace de los Estados Confederados de América porque contribuye a “perpetuar algunos de los estereotipos más dolorosos de las personas de color”. Sin embargo, la película volvió pronto al catálogo de la plataforma con una nota añadida en la que se explica el contexto histórico de la cinta.
En el Reino Unido, la propia Netflix retiró varias series cómicas, como Fawlty Towers, Little Britain y The Mighty Boosh, debido a su controvertido contenido. Si bien la decisión fue aplaudida por amplios sectores de los medios, también recibió críticas por su escasa eficacia para combatir el racismo.
Todavía está por ver si estamos ante el inicio de una tendencia más amplia, pero lo que es indiscutible es que las cadenas de televisión se han visto obligadas a plantearse si un contenido que antes se consideraba inofensivo puede ser aceptable socialmente en la actualidad. Mucha gente afirma que este material debe incluirse como referencia histórica y, si se da el caso, ir acompañado de una nota que explique los motivos del canal para emitirlo.
Acontecimientos culturales en casa
En marzo del 2020, muchos países empezaron a aplicar medidas para confinar a la población. Se cancelaron multitud de acontecimientos públicos, como conciertos, competiciones deportivas y exposiciones de arte, y las autoridades pidieron a la población que únicamente abandonara su hogar por motivos justificados.
Ante una situación así, capaz de minar la moral hasta del más optimista, el mundo del arte ideó nuevos modos de transmitir su obra: hubo músicos que emitieron conciertos de aliento desde sus casas, artistas que organizaron exposiciones virtuales y actores que difundieron recitales en vivo a través de la red. Incluso se disputó un Grand National virtual en el Reino Unido, el primero de la historia. Este verano, la gente podrá disfrutar de un amplio abanico de acontecimientos sin levantarse del sofá.
A pesar de que estos cambios son muy importantes, y quizá traumáticos para algunas personas, es probable que se hubieran dado igualmente en un futuro cercano. Lo que ha ocurrido es que los cambios tecnológicos que estaban desplazando el entretenimiento hacia la esfera virtual se han acelerado y han sucedido en apenas unos días, y no en meses o años como hubiera sido normal.
Por supuesto, cuando el virus desaparezca, ya sea de aquí a unos meses o unos años, volverán a celebrarse muchos eventos en vivo, a los que se podrá asistir y disfrutar en persona. Sin embargo, el éxito de muchos de los eventos que hemos mencionado pone de manifiesto que el mundo virtual está dispuesto a asumir su rol.
Restricciones al juego
A pesar de la explosión de creatividad que hemos vivido en todo el mundo, el confinamiento ha tenido también consecuencias muy negativas. A pesar de que la mayoría de países vieron reducidos los casos de COVID-19, pasar tanto tiempo en casa provocó un aumento del aburrimiento y, con ello, de otros problemas relacionados.
Los gobiernos tomaron medidas para combatir dichos problemas. En el Reino Unido, por ejemplo, las autoridades intentaron reducir la ludopatía prohibiendo la publicidad de casas de apuestas en radio y televisión durante el confinamiento. Suecia, por su parte, introdujo un límite de apuestas semanal de 5000 coronas suecas (unos 3,5 millones de guaraníes) para intentar frenar el aumento de los problemas derivados del juego, mientras que Alemania endureció su guerra contra los casinos en línea a raíz de la normativa emitida por la Unión Europea.
Todo ello apunta a un cambio de paradigma en el mundo de las apuestas virtuales. Y a pesar de que la mayoría de la gente considere que estos cambios son positivos, por la reducción de la ludopatía y de la publicidad, muchos jugadores sienten que estas restricciones son injustas y atentan contra sus libertades.