La actuación de la senadora Esperanza Martínez, del Frente Guasu, al lograr que su hijo retorne al país en menos de 24 horas al ser expulsado de Argentina, fue criticada por una gran parte de la ciudadanía. La denuncia tomó estado público porque la legisladora a través de una llamada consiguió salvar a Ricardo Portillo Martínez.
El joven fue capturado el fin de semana por la Prefectura Naval de Argentina porque fue sorprendido pescando junto con otras dos personas por pasos no habilitados. Luego fue expulsado por el Paso Internacional Clorinda, Argentina y José Falcón, Paraguay y fue remitido a uno de los hoteles salud para la cuarentena obligatoria.
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La Nación, ante esta situación, consultó a sus lectores sobre un posible pedido de pérdida de investidura. La pregunta hecha a través de la plataforma Votá fue: ¿De comprobarse el tráfico de influencia de la senadora Esperanza Martínez a favor de su hijo, amerita su pérdida de investidura?
Para el 83% de los lectores que participaron de la encuesta, lo que hizo Martínez fue tráfico de influencia, para el 11% “las autoridades nacionales que permitieron deberían ser sancionadas igualmente” y el 6% respondió que la legisladora “solo quiso ayudar a su hijo”.
La situación tomó estado público cuando el jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Juan Ernesto Villamayor, reconoció que a partir de la llamada de la senadora movilizó a Migraciones y al Consejo de Defensa Nacional para que el hijo de la misma pueda ingresar al país.
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