Las personas con alta carga viral pueden contagiar a decenas de personas en un ambiente cerrado. Un ejemplo es el caso de un ciudadano que infectó a 15 personas durante la reunión de un gremio, comentó la doctora Graciela Russomando, coordinadora del Laboratorio del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa).
La especialista no dio detalles del encuentro, pero aseguró que ocurrió en Paraguay. “Entonces, estamos transmitiendo como una pelota tatá, un fuego, una altísima carga viral, tenemos que tener también sumo cuidado en las reuniones que hacemos”, advirtió en declaraciones realizadas a radio Ñandutí.
Relató que las personas provenientes del exterior tienen esas características, aunque aclaró que hasta ayer en el país solamente fueron detectados tres individuos con extrema peligrosidad. Los portadores están siendo monitoreados por profesionales de la parte de Vigilancia de la Salud, señaló.
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Reconoció que la labor del Gobierno en limitar los accesos y, fundamentalmente, la instalación de albergues, permitió que la propagación del COVID-19 no llegue a los niveles que se tienen en estos momentos en varios países sudamericanos. “De los venidos del exterior, de 58 muestras, 39 tenían alta carga viral. Entonces, si no hubiese estado cerrada la frontera y si no se hubiese hecho ese procedimiento, tendríamos a 39 personas como una bomba en el país . El que tiene mucha carga viral, inicialmente transmite mucha carga”, manifestó.
Sin embargo, alertó que las condiciones pueden cambiar, si hay una relajación de parte de la ciudadanía en cuanto al cuidado recomendado por las autoridades sanitarias. Durante el mes de abril y parte de mayo se tenía una cierta tranquilidad, pero eso puede cambiar y si existe mucha gente con alta carga viral sin nexos circulando, entonces, “sonamos todos”, enfatizó.
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