La abogada Liz Martínez, defensa de los policías Juan Amarilla y Derlis Sanabria, acusados de herir gravemente a un niño en una dudosa barrera y posterior persecución, señaló este miércoles que se trata de un accidente y deslindó responsabilidad de sus clientes uniformados.
“La patrullera cayó en un bache y el arma comenzó a disparar automáticamente. Por el tipo de arma, fueron tiros a ráfaga. Se puede demostrar esa caída”, dijo la profesional del derecho en comunicación con la 1080 AM.
Te puede interesar: Caso niño baleado: “Nunca un giro en U debe terminar con siete disparos”
Sostuvo que ella como abogada tiene testigos e incluso esa misma noche de lo sucedido se fueron a la sede de la Fiscalía queriendo contar sus versiones. Señaló que supuestamente dos vehículos tuvieron que salir del paso del padre y sus familiares, durante la persecución, “porque les iba a pasar encima”.
La abogada acusó también al padre del niño baleado de haber ido hasta en contramano, queriendo justificar el actuar de sus defendidos, los dos policías acusados de herir al niño de seis años. Indicó que sus clientes pidieron refuerzos y supuestamente todo quedó registrado.
“Ellos pidieron apoyo al 911, también ayuda a los bomberos, a ambulancias, quedó todo registrado y eso vamos a demostrar. Él (padre) dijo que quería parar en un lugar de mucha iluminación, pero pasó ocho surtidores que cuentan con buena iluminación”, agregó la defensa de los dos uniformados.
Podés leer: Franca mejoría: Niño baleado podría ser extubado
Los dos policías involucrados en el caso del niño de 6 años baleado durante una persecución policial ocurrida en San Lorenzo ya están imputados por tentativa de homicidio, omisión de auxilio y lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas en calidad de autor y coautor.
Se trata del oficial Derlis Sanabria y el suboficial Juan Amarilla. Ricardo Riquelme, padre del niño, circulaba con su esposa, su hija de tres meses y su hijo de seis años, todos regresaban de una consulta en el Hospital San Pablo.