La fiscala Ana Girala señaló este martes que un giro en U jamás puede acabar con siete disparos de arma de fuego, haciendo referencia al caso del niño baleado en una dudosa barrera y posterior persecución en la ciudad de San Lorenzo. Actualmente el menor se encuentra hospitalizado.

“Nunca, pero nunca, un giro en U debe terminar con siete disparos. Nunca la violación de una cuarentena debe terminar con disparos hacia las personas", manifestó la representante del Ministerio Público a la 1080 AM.

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Sostuvo que la actuación policial desde el inicio fue indebida a pesar de que estaban realizando una barrera. A su criterio, los uniformados no podían iniciar una persecución por un giro en U y sin ni siquiera saber los datos de la placa del vehículo en que iba el menor baleado con sus familiares.

Indicó que los policías pusieron en peligro la vida de muchas personas al realizar los disparos de arma de fuego, al niño, a los familiares del menor y la gente que estaba en las inmediaciones de la barrera y la posterior persecución, que terminó en la ciudad de Luque, donde los uniformados ya no estaban en su jurisdicción.

“Pusieron en peligro la vida de muchas personas, pusieron en peligro la vida de este niño. La vida de los policías no estaba en riesgo, ellos ingresaron a otra ciudad, no estaban en su jurisdicción”, agregó la fiscala del caso niño baleado.

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Los dos policías involucrados en el caso del niño de 6 años baleado durante una persecución policial ocurrida en San Lorenzo ya están imputados por tentativa de homicidio, omisión de auxilio y lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas en calidad de autor y coautor.

Se trata del oficial Derlis Sanabria y el suboficial Juan Amarilla. Ricardo Riquelme, padre del niño, circulaba con su esposa, su hija de tres meses y su hijo de seis años, todos regresaban de una consulta en el Hospital San Pablo.

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