Ricardo Riquelme es el padre del niño baleado por dos agentes de la Policía Nacional que lucha por su vida. El hombre se encuentra desconsolado ante la gravedad de la herida de proyectil de su hijo de 6 años, que a pesar de la delicada situación muestra señales de mejoría luego de ser sometido a dos cirugías en el Hospital de Trauma de Asunción.

El niño recibió tres disparos, dos en la parte lumbar y otro proyectil de refilón en la zona de la ingle, mientras que el vehículo recibió 7 disparos. El oficial de la Policía Nacional, Juan Amarilla es sindicado de disparar desde la patrullera y también una vez que descendió del vehículo.

“A matar le jugaron a mi familia. A nadie le deseo esto. Ni a mi peor enemigo. Deben ser más profesionales, que sean más capacitados. Casi le matan a mi hijo, esa bala iba directo a mi señora, mi hijo le salvó la vida”, explicó Riquelme en medio de lágrimas a Telefuturo.

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En tanto que el padre agradeció a las tres mujeres que socorrieron a su hijo, ya que él no podía debido a que fue esposado y retenido por los policías que dispararon contra su familia, mientras que el niño se desangraba. Lamenta no haber podido acompañar al niño hasta el centro asistencial.

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“Gracias a Dios está evolucionando bien, él no se merecía esto. Yo dije que esto es probolsillo, vamos a desviar nomás, le dije a mi señora. Después ya vi un vehículo detrás mío y ya sentí el primer impacto, comencé a acelerar y comenzaron a disparar. Actuaron a quemarropa”, afirmó Riquelme.

Los médicos le indicaron que su hijo llegó casi sin signos vitales a los primeros auxilios, primeramente al hospital de Luque, luego fue derivado hasta el Hospital de Trauma debido a la gravedad de las heridas. Aseguró que permaneció en el lugar del hecho para que no le planten bebidas alcohólicas o drogas. “Llegó casi muerto, él volvió a nacer. Su hermanita le está esperando”, explicó.

El conductor se trasladaba en un vehículo junto con su esposa, su hijo de 6 años y su pequeña hija de apenas tres meses cuando se inició una persecución policial de parte de Juan Amarilla y Derlis Sanabria, los dos policías sindicados de disparar contra la familia. Ambos están imputados por homicidio en grado de tentativa, omisión de auxilio y lesión corporal.

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“Mi bebé estaba también atrás, le dije a mi señora que la trajera en frente, gracias a Dios le dijo eso, porque allí comenzaron los disparos, iban a matar mi hija. Actuaron a quemarropa”, aseguró el padre de los niños.

El hombre relató que al principio no entendía lo que estaba sucediendo en el lugar. Aseguró que el automóvil no es robado ni ingirió bebidas alcohólicas. “Estaba con mi familia y volvíamos del hospital. Cuando me agarran en Luque me empiezan a pegar como un criminal y lo que más me dolió fue que mi hijo me diga que le duele. Le decía que me suelte al policía, me empezaron a pegar”, afirmó.

El hombre incluso señaló que perdonó a los policías que hirieron de gravedad a su hijo y que deja la vida del niño en manos de Dios. Afirmó que debido a que estaba con su familia decidió retomar el trayecto debido a que le pareció que se trataba de una barrera ilegal de parte de los policías.

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