A través de las redes sociales pudimos ver varias quejas y denuncias en contra del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), ubicado en la ciudad de Capiatá, ruta PY02, km 23 ½. Para ello conversamos con Maziela Gaona, sobrina de Vicenta Pedrozo, una de las afectadas, quien expresó su reclamo en su cuenta de Facebook.
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Maziela contó que su tía Vicenta acudió al hospital, ubicado en la ciudad de Capiatá, ruta PY02, km 23 ½. Fue porque tenía intenso dolor y por su estado crítico. Ingresó a urgencias el miércoles 27 de mayo, a las 6:00, lugar en el que estuvo por lo menos hasta casi las 17:00 para luego ser removida a un sofá, lugar en el que amaneció el jueves 28, sin ser atendida.
“Si ahí alguien tiene coronavirus, nos contagiamos todos, la aglomeración es impresionante. Esto que pasa no es solo con mi tía, es con todos, es inhumano el trato que le dan a los enfermos, las instalaciones están repletas y no hay camas. Precisan un lugar digno, están sensibles, con mucho dolor, están muriendo, 8 enfermos en una pieza y a eso sumale los doctores, enfermeras y los familiares que cuidan a sus parientes, eso rebosa. Yo sé que no es culpa de los profesionales de blanco, ellos también están enfermos, es gente que también necesita, no solo coronavirus hay en Paraguay”, expresó la entrevistada.
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Por otro lado, nos pusimos en contacto con la presidenta de la Asociación de Pacientes con Cáncer y Familiares (Apacfa), Maru Vera. La misma confirmó que el nosocomio se encuentra abarrotado y no cuenta con camas suficientes para albergar a todos los pacientes que llegan hasta el hospital, muchos quedando así varados en los pasillos del lugar.
Además de la falta de personal de blanco, ya que no dan abasto. Ella cree que esto se debe a que durante la cuarentena la atención a urgencias prácticamente fue nula. Cabe mencionar que el Incan, el Hospital Nacional de Itauguá y el Centro de Salud Nº 5 son los únicos sanatorios habilitados para realizar el tratamiento a personas con cáncer.
Maru es una mujer de 57 años que padece cáncer de mama, grado 3, estadio 4, con metástasis ósea, y que desde hace 4 años se encuentra luchando contra esta terrible enfermedad. Es de la ciudad de Caacupé y antes de la cuarentena viajaba todos los días hasta el hospital, ya que la asociación cuenta con una oficina en el Incan, pero después de esta situación solo recurre cada 21 días para realizarse sus sesiones de quimioterapia.
Ella, como representante y en nombre de dicha organización, ya había solicitado y expuesto las falencias y necesidades sin tener una respuesta en concreto, más de lo que todos ya sabemos: “No hay”.
Intentamos conversar con el director del hospital, el doctor Nelson Mitsui para tener su versión pero no respondió las llamadas ni los mensajes.