Indudablemente, cada 24 de mayo es una fecha de mucha devoción y tradición en nuestro país, ya que recordamos a la Virgen Auxiliadora de los Cristianos, más conocida como María Auxilio de los Cristianos. Ella es patrona del Ejército Paraguayo en campaña, durante la contienda de la Guerra del Chaco, explicó Jorge Catalino González, devoto de la Virgen.
Desde los primeros siglos de la cristiandad, los seguidores de Cristo han dirigido sus plegarias a la Virgen María con mucha admiración y fe. Han visto en ella la gran figura maternal y amorosa, además de su poderosa intercesión, ante Jesucristo Nuestro Señor. Siempre piadosa y cuidadosa, en “Auxilio” de todos nosotros, explica González.
Esta advocación también es patrona de los salesianos, una congregación esparcida por todo el mundo que ayuda a los más necesitados. En nuestro país, la festividad de María Auxiliadora es la segunda más celebrada, luego de la Inmaculada Concepción de Caacupé.
Numerosas parroquias, capillas, colegios y escuelas conmemoran la fiesta, aunque este año la celebración se reduce en participar de la misa desde casa por el contexto de la pandemia. Las multitudinarias procesiones a pie, en coche y naval forman parte del recuerdo, pues el aislamiento social impide honrar a la santa como en años anteriores.
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María, auxilio potentísimo
El primero que llamó a la Virgen María con ese título fue San Juan Crisóstomo, quien fuera arzobispo en Constantinopla en el año 345, donde menciona: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”, comentó Jorge Catalino.
Acerca de auxilio de lo alto: en el año 476, el gran orador Proclo decía: “La madre de Dios es nuestra auxiliadora, porque nos trae auxilio de lo alto”.
Curaba enfermos: San Sabas en el año 532 relata: en Oriente había una imagen de la Virgen que era llamada “Auxiliadora de los enfermos”, porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
La jaculatoria
San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. Y repite: la Virgen es “auxiliadora para evitar males y peligros, y auxiliadora para conseguir la salvación y evitar la muerte.”
Auxilio en las batallas
La Batalla de Lepanto: En el año 1571, una gran armada turca zarpó para capturar Roma, la ciudad eterna. El papa en turno, Pío V, ordenó a todo el mundo católico que invocara en el Santo Rosario a la Madre de Dios, bajo el título de “María Auxiliadora de los Cristianos”, explica González. De acuerdo a la historia, las súplicas tuvieron sus frutos y los turcos cayeron derrotados. El 7 de octubre de ese año, el papa Pío V declaró una nueva festividad para la Iglesia Católica, en honor a nuestra Señora: la fiesta del Santísimo Rosario, comentó nuestro entrevistado.
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La Batalla de Viena: En 1683 nuevamente un ejército de 200.000 turcos asediaba la ciudad de Viena y los cristianos eran tan solo 13.000 hombres. El papa Inocencio X, al escuchar esta situación, inmediatamente imploró a la Virgen Auxiliadora su intercesión y pidió a todos los cristianos que hicieran lo mismo. La gresca se inició el 8 de setiembre, día de la Natividad de María, y se prolongó por 4 largos días; culminando el 12 de setiembre, día del Dulce Nombre de María. El ejército turco fue aplastado y nunca más presentaría amenaza para los cristianos, rememora.
Napoleón Bonaparte, el gran emperador de poder asombroso y ambicioso, mandó encarcelar al papa pío VII. El vicario de Cristo estuvo privado de su libertad por varios años. Durante su reclusión, prometió a la Virgen que el día que llegue su libertad, declararía una fiesta más para la Iglesia Católica y sería la de “María Auxiliadora”. Milagrosamente el pontífice quedó libre y regresó triunfante a Roma, el 24 de mayo de 1814. Desde entonces quedó declarada esa fecha como Día de María Auxiliadora, en acción de gracias a la Madre de Dios, explica González.
San Juan Bosco y María Auxiliadora
Indudablemente, en 1862 fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana perfeccionó un gran desarrollo altísimo y una gran popularidad. “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora”, desde entonces, el título de Auxiliadora cobra mucha fuerza y consolidación en la vida de Don Bosco.
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En la Guerra del Chaco
En julio de 1932, se inició la Guerra del Chaco. En cierta ocasión, el nuncio de su Santidad el Papa, monseñor Felipe Santiago Cortessi, asistió a una de las ceremonias de concentración y al presenciar el desfile de los soldados, besando afectuosamente el crucifijo, no pudo contener su emoción y exclamó: “Esto conmueve profundamente… Un ejército que así se despide para ir a defender a la patria no puede ser desafortunado en la guerra”, explica González, quien es un fiel devoto de ella.
En esa terrible noche del 23 de enero de 1933 hubo en el PC del coronel Luis Irrazábal, comandante de la V División de Infantería, asentada en el Fortín Nanawa, una importantísima reunión de jefes y oficiales para estudiar la difícil y casi desesperada situación y resolverla adoptando un plan para la ejecución del día siguiente. El capellán, padre Ernesto Pérez, le dijo al coronel Irrazábal: “Mañana, mi coronel, obtendremos una gran victoria”.
El coronel Irrazábal preguntó: ¿Por qué dice eso? “Mañana. Martes, por Don Bosco y 24 por María Auxiliadora”, respondió el padre Ernesto Pérez.
Y, efectivamente, dijo después el coronel Irrazábal, en un documento escrito de su puño y letra, “El día siguiente, 24 de enero fue destruido a machetazos el Regimiento Nº 41 de Bolivia por el Regimiento de Caballería Nº 5 Acá Verá”.
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La victoria fue completa y Nanawa se salvó, gracias a la visible protección de María Auxiliadora, inspirada por el capellán padre Ernesto Pérez, en la defensa del fortín.
El entonces coronel José Félix Estigarribia, comandante en Jefe del Ejército en el Chaco, “dirigió este mensaje: Villa Militar Junio, 21 de 1933, monseñor Emilio Sosa Gaona: Nos adherimos felizmente a la iniciativa del reconocimiento a María Auxiliadora como Patrona Celestial del Ejército. Coronel José Félix Estigarribia, Comandante en Jefe del Ejército Paraguayo en el Chaco”.
Es así que el obispo entonces del Chaco, monseñor Emilio Sosa Gaona, dictó un decreto episcopal, por el cual se le nombra a María Auxiliadora como Patrona Celestial y Protectora del Ejército en Campaña.
Fiesta mariana
“Al celebrarse el Día de la Virgen María Auxiliadora, es más que justo y necesario poner de manifiesto el gran servicio que brindan y brindaron centenares de miles de hombres en nuestra sociedad, pignorando sus vidas enteras, buscando de esa manera un total bienestar a nuestros compatriotas, en cada rincón del territorio nacional, que les toque destacar sus funciones”, sostiene Jorge Catalino.
Explica que el Comando del Ejército está compuesto por hombres y mujeres de gran beneficio, formados íntegramente para el servicio de la sociedad, el cual conlleva a su vez ciertos riesgos inherentes a las tareas y desafíos del quehacer diario.
Añade que en esos aspectos reside la importancia de que estos hombres y mujeres tengan el amparo de una santa patrona a quien confiar el auxilio en sus labores diarias y específicas.
“A María Auxiliadora, Patrona del Ejército en campaña, encomendamos, con total confianza, las vidas de cada uno de estos servidores de la Patria, así como la de sus familiares y amigos, para que mediante la intercesión de la maravillosa y magnífica María Santísima, cada uno de ellos pueda asistir al llamado de nuestro Señor Jesucristo, de vivir ‘estrechados’ a Él, para poder ser fieles en el cumplimiento de tan admirable vocación”, señala.
Dice que elevamos oraciones para que cada miembro del Comando del Ejército y en el Año de la Palabra; que la voz elocuente y magnífica de Nuestro Señor inspire en cada uno de los componentes de esta gloriosa institución, una promesa y una oportunidad que den apertura en medio de la realidad, para aportar desde su incondicional servicio, con su particularidad y su belleza, para la edificación de una patria más justa, solidaria y afectuosa.
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