Aseguran que constituye un hito en la ingeniería y construcción paraguayas y un legado a la población florideña.

Siendo la ciudad de Villa Florida portal de ingreso al Departamento de Misiones, da la bienvenida a visitantes y misioneros con una magnífica Cruz-Cristo en consonancia con su piadoso pasado, a orillas del legendario río Tebicuary.

Se trata del monumento de mayores dimensiones del país, con una gran significación para el pueblo paraguayo y sostienen que será además un atractivo turístico del Paraguay, ya que cada año será más reconocido tanto nacional como internacionalmente.

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Desde Meyer & Meyer asociados, que se encargan de proyectar, calcular y construir, explicaron que hace exactamente 40 años, Villa Florida conmemoró el centenario de su fundación instalando una gran cruz de madera de unos 6 metros de altura a orillas del río, cercanas a la Iglesia Inmaculada Concepción de María. De esa manera, respetando ese gran acontecimiento, el emplazamiento de esta Cruz-Cristo es exactamente el mismo.

En base a un anteproyecto inicial basado muy cercanamente a la Cruz de Nueva Palmira de Félix Candela, con la única diferencia visible de las superficies de la torre alabeadas (según otro proyecto de Candela), el nuevo equipo encargado del diseño estructural decidió lograr un proyecto original, modificando altura, forma, tamaño, volumen, detalles arquitectónicos y métodos constructivos.

Aseguraron que constructivamente todas las etapas constituyeron un reto técnico y osado. Foto: Gentileza.

En efecto, mientras aquella indicaba 26 m de altura, ésta tiene 31,10 m, altura a la que el cuadrado de la base se convierte en un segmento de recta orientado según la diagonal Norte-Sur, siendo pues imposible incrementar la altura a partir de esa cota, por razones geométricas.

Brazos de bienvenida

Teniendo en cuenta que Villa Florida es el punto de acceso al departamento misionero, el equipo decidió inclinar sus brazos hacia arriba en gesto de bienvenida y abrazo. Comentaron que a pesar de haber buscado otra cruz que tuviera los brazos inclinados, no encontraron. El arquitecto del equipo afirma que con todos los cambios realizados por el equipo al anteproyecto original de la Cruz, el resultado final de esta obra de arte corresponde también a un “Cristo de las Misiones” que da la bienvenida a todos los que cruzan el puente entrando a la ciudad. “De lo que sí estamos seguros, es que será un motivo de agradable debate entre cada uno de los visitantes y observadores de la obra” sostienen.

Descripción

Mencionando algunas características de la obra, indicaron que el tramo central de 1,25 m (el más delicado desde los puntos de vista geométrico, estructural y constructivo), donde se produce la unión entre los brazos y los tramos inferior y superior. Dentro del tronco hueco, se instaló una escalera técnica para mantenimiento de las luces en general (balizamiento e iluminación) como así también del pararrayos.

Explicaron que decidieron inclinar sus brazos hacia arriba en gesto de bienvenida y abrazo. Foto: Gentileza.

Los brazos están formados por una estructura única de 17 metros de largo, por 2 metros de ancho, conformada por 4 mantos de paraboloide hiperbólico de 4 centímetros de espesor, al modo de los "paraguas invertidos" pero con los bordes en líneas quebradas por encontrarse las rectas horizontales virtuales fuera de los límites de la superficie cubierta; es decir, son cortadas por planos verticales a menor distancia de los ejes de simetría. Tiene en la parte central correspondiente al apoyo un hueco con dimensiones compatibles con el tronco, actuando el tubo romboidal de hormigón armado como un marco rígido capaz de transmitir los esfuerzos interrumpidos por el hueco.

Comentaron además que otras de las acciones de este equipo fue incluir en los brazos, huecos cuadrados y circulares de 20 centímetros de lado y de diámetro respectivamente; con la cuádruple intención de favorecer el comportamiento eólico, poderse observar a simple vista el espesor del hormigón de sólo 4 cm, permitir la vista del cielo desde la posición del observador y permeabilizar los rayos del sol que la atraviesan, además de, dos de ellos, uno en cada brazo, funcionar como desagüe pluvial.

Foto: Gentileza.

Reto técnico

Aseguraron que constructivamente todas las etapas constituyeron un reto técnico y osado, al no emplear andamios exteriores de ningún tipo, método tradicional constructivo para este tipo de obras. “En su lugar se fue ascendiendo por el interior hueco proveyendo plataformas de trabajo móviles simples de varillas de quita y pone. Y se prefabricaron al pie de obra tanto los brazos de 17 metros y 2,25 m de altura total y el obeliscoide superior de 11,10 metros, y en la cumbre, unas varillas en ojal para puntos de elevación. Siguiendo con la metáfora Cruz-Cristo estas pueden representar simbólicamente la corona de espinas de Cristo”, indicaron.

La elevación de los brazos y la parte superior y su instalación en sus posiciones finales es mediante grúas en un trabajo de altísima complejidad. “Estamos seguros que nunca se realizó en ningún país del mundo el izamiento de estructuras en cáscaras de paraboloides hiperbólico. Todo el proceso de diseño estructural, cálculos y construcción es una verdadera proeza vanguardista tecnológica y única para este tipo de obras”, manifestaron.

Dato llamativo

Sostienen que sin haber sido la intención original, este monumento supera por un metro la altura del icónico Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, declarada una de las 7 maravillas del mundo moderno.

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