“Panadería del Amor” es el nombre que le han dado los voluntarios del distrito de Cambyretá, que conjuntamente con la intendencia, esperan llegar a las 2.000 unidades de pan repartidos por día a todas las personas carentes y afectadas por el COVID-19, tanto del propio distrito, como de Encarnación y alrededores.
Cabe destacar que los primeros 5.000 kg de pan fueron realizados con donaciones de compatriotas que se encuentran en el extranjero, lejos de país.
El Centro de Capacitación y Formación Profesional que se encuentra frente mismo de la sede de la municipalidad de Cambyretá es el lugar de trabajo de varios voluntarios, que con medidas higiénicas y sanitarias, producen el pan que luego será enviado a los distintos lugares donde se producen las ollas popular pero que no cuentan con panificados.
Carmen Leguizamón, una de las propulsoras explicó muy bien el motivo de la iniciativa: “Las ollas populares tienen mucho éxito para ayudar a la gente, pero no tiene nada al lado, no hay pan. Muy ricos los guisos, muy ricos los tallarines, pero no nos llena si comemos solo”. Los voluntarios entienden que la población y en especial los niños paraguayos acompañan la comida con el pan.
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Solución: cocinar nuestro propio pan
El precio del pan por kilo va en aumento, unos G. 6.000 a 7.000 dependiendo del lugar, indicaron los voluntarios; ante la suba de los precios decidieron cocinar su propio pan y continuar las donaciones e incluso expandirlas a otras zonas. En cooperación el intendente de Cambyreta, Francisco Pereira Reive, dispusieron toda la infraestructura y recolectaron donaciones de ingredientes.
“Soñar a grande, trabajar a grande y montar una panadería. De esta manera, a solicitud de las ollas populares en distintos puntos, de acuerdo a la cantidad de platos servidos, vamos distribuyendo de forma equitativa a los que dan desayuno, almuerzo y cena” explicó orgullosa Carmen Leguizamon al tiempo de expresar que la solidaridad es lo que más ayuda al ser humano y lo hace mejor.
El intendente de Cambyreta, Francisco Pereira dijo: “Pusimos el local, adquirimos un horno municipal, y dos en préstamos, y sobre todo contamos con los maestros panaderos que instruyen a los voluntarios. Aqui tenemos a los dosificadores de ingredientes, a las amasadoras, a los que dan forma al pan, es una actividad intensa, que tiene su beneficio que es ayudar a la gente”.
Entre los voluntarios se encuentran panaderos y panaderas de Mburica, Cambyreta y Encarnación.
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