Lejos de las celebraciones habituales con abundante comida y bebida, de las movilizaciones para conmemorar la fecha, la crisis generada por la pandemia del coronavirus encuentra a muchos trabajadores laburando desde sus casas; quizás celebrando la fecha, mientras que otros esperan ansiosos la implementación de la cuarentena inteligente que permitirá, en cierto modo, la reactivación económica para volver a sus empleos en el mejor de los casos –a un sector— o, de lo contrario, buscar un sitio donde trabajar.
A nivel mundial la pandemia generó estragos en la economía, pues la implementación de medidas sanitarias como el confinamiento obligatorio dejó cientos de personas sin empleo, con trabajo de medio tiempo o, en el mejor de los casos, con la opción de laburar a distancia, como el caso de Celeste Patiño, quien es ejecutiva de cuentas en una empresa de seguros.
Aunque la empresa se demoró más en aplicar el teletrabajo, hace casi un mes está laburando desde casa. “Estoy más pendiente, trabajo más horas porque realmente estoy agradecida de seguir teniendo un empleo”, comentó.
Sin embargo, no todos tienen la suerte de Celeste. Por ejemplo, Mabel González es una joven de 23 años que trabajaba como masajista en un spa, pero debido a cuarentena la casa cerró. “Lastimosamente nuestro trabajo no es considerado como algo primordial y ahora estamos más de 10 personas sin contrato”, explicó.
Si bien entiende que el negocio donde trabajaba no puede sostener el pago de la renta sin generar ingresos, explica que muchos compañeros quedaron muy desamparados. “Hay hombres y mujeres con hijos en el grupo, ahora solo nos queda esperar”, aseveró.
El Director de Empleos de la ANR, Enrique López Arce, sostiene que el análisis del mercado laboral debe empezar reconociendo que solo 1/3 de los ocupados son formales y que 2/3 de los trabajadores lo hacen de manera informal.
Esta situación deja en especial vulnerabilidad a los que laburan de manera independiente y sin contar con el respaldo de una empresa legal. “Mucha gente se dedica a la venta y otros empleos no formales para llevar el sustento diario a sus casas”, explicó.
Comentó que en el país existen aproximadamente 3.500.000 personas que forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA) y que el empleo está en una alerta mundial. No obstante, tiene un pronóstico favorable de que luego de la cuarentena se podrá recuperar. “En el Paraguay está muy golpeado, no hay que minimizar la situación para la generación de acciones inmediatas. La cuarentena pasará y nos recuperaremos de a poco”, aseveró.
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Honorio Zárate es un hombre, mayor de edad, que en el invierno de su vida se vio obligado a tomar un empleo de guardia de seguridad. Si bien el servicio fue catalogado como indispensable, él estaba más como portero en una oficina céntrica. Con la cuarentena la oficina cerró y la empresa con la que él trabaja le suspendió el contrato. Como no tiene IPS, quedó prácticamente desempleado hace poco más de un mes y solo está cubriendo guardias.
“En este mes me fui un par de veces a cubrir los días libres y me pagan por esos días, no por el mes completo. Igual lo que voy a cobrar espero que sea suficiente para cubrir la comida”, comentó el señor Zárate.
López Arce también se refirió a la situación que viven miles de compatriotas con la suspensión temporal de empleos en el sector formal. Dijo que se debe entender que si bien estas personas no perdieron el empleo, tampoco volverán todos. “Las empresas se están achicando, por lo que es posible que un 15 % pierda el empleo”, vaticinó. Asimismo, dijo que en el sector informal no hay suspensión y se estima que al menos 72.000 personas están cesantes o fueron despedidas.
“Debemos cuidarnos todos”
El viceministro del Empleo y Seguridad Social, Daniel Sánchez, habló con La Nación y dijo que no solo el país, sino el mundo entero, está viviendo la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial en lo que respecta a la economía y al trabajo. “Todo lo que podamos decidir son dinámicas flexibles, el mundo no estaba preparado para esto, vamos a tener que tomar las decisiones precisas y aptas para sobrellevar la situación”, aseguró.
Comentó que a nivel nacional, al menos 90.000 trabajadores están cesados, 7.700 empresa han decidido parar, mientras han recepcionado 1.500 denuncias por despido injustificado en los meses de marzo y abril.
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“Estos datos nos indican que podamos aunar los esfuerzos y cuidar las decisiones que se vienen tomando. Todos debemos cuidarnos: trabajadores, empleadores y Gobierno. Debemos cuidarnos en el lugar de trabajo, que no sea un foco de infección, cuidémonos entre todos, a fin de que la siguiente fase se reabra con tranquilidad”, aseguró.
Agregó que hoy en día el empleo es un bien preciado y la solidaridad debe estar por encima de todo. “Tenemos que ser solidarios”, aseveró.
Los más afectados
Entre los sectores que más afectados por la crisis causada por la pandemia están los informales, las empresas independientes y las mypimes. “El 70% de los que más sufren son los independientes y las pymes, aquellas que viven del día a día”, aseguró.
Sánchez agregó que tras esta pandemia, las cosas no volverán a ser las mismas, pues no solo se trata de cuidar la higiene y mantenerse distanciados unos de otro, sino que la forma de trabajo irá evolucionando, puesto que mucha gente seguirá trabajando desde sus casas, pero eso no significa que no sea un compañero de trabajo.
“Las cosas ya no serán como antes, es una nueva forma de vivir, una nueva forma de convivir. Habrá personas que estarán en los espacios laborales, pero otros estarán en sus casas. Se tendrán que tomar las decisiones correctas para cuidar la salud de todos”, concluyó.
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Desde la mirada sindical
La Corriente Sindical Clasista –gremio que aglutina a sindicatos estatales y privados– sostiene que los trabajadores fueron abandonados a su suerte. Alega que la ayuda económica es ínfima y en muchos casos ni siquiera llega. “Miles de trabajadores en masa son despedidos y el Gobierno no hace nada para proteger el empleo ni a los despedidos”, lamenta.
Según Eduardo Ojeda, en el país existen alrededor de 3.200.000 trabajadores, de los cuales solo 700.000 mil cuentan con el seguro obligatorio del IPS, mientras que 2.500.000 personas están en la informalidad. A estas cifras se deben sumar los más de 240.000 trabajadores que están “absolutamente desocupados”, indicó.
Con relación a la cuarentena inteligente, para el gremio sindical esta modalidad será catastrófica, pues los trabajadores estarán expuestos a la epidemia, poniendo en riesgo su vida y la de su familia.