Cifras de embarazos no planificados, violencia de género y matrimonio infantil podrían dispararse a medida que avance la pandemia.
La pandemia agrava las desigualdades y los casos de mujeres y niñas que corren el riesgo de perder su capacidad para planificar sus familias, proteger sus cuerpos y su salud, aumentan considerablemente, así lo señalan datos publicados por el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas especializado en la salud sexual y reproductiva.
Las nuevas proyecciones según el ente predicen consecuencias catastróficas para la salud de las mujeres, en el marco de la propagación de la pandemia del COVID-19. Explicaron que el estudio revela la enorme magnitud de la repercusión que está teniendo la enfermedad a medida que los sistemas de salud se ven desbordados, se cierran establecimientos sanitarios o se limitan los servicios que ofrecen a mujeres y niñas.
Indicaron además que muchas de ellas optan por saltarse importantes revisiones médicas por miedo a contraer el virus. Las alteraciones de las cadenas de suministros mundiales también pueden provocar una importante escasez de anticonceptivos y se prevé un aumento de la violencia por razón de género, ya que las mujeres se ven atrapadas en casa durante períodos prolongados.
En ese sentido, la doctora Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, dijo que estos nuevos datos muestran el efecto catastrófico que pronto podría tener el COVID-19 en las mujeres y niñas de todo el mundo.
“La salud y los derechos reproductivos de las mujeres deben salvaguardarse a toda costa. Los servicios deben continuar prestándose, los suministros deben entregarse, protegerse y prestar apoyo a las personas vulnerables”, sostuvo.
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Proyecciones
Menciona que es posible que cuarenta y siete millones de mujeres de 114 países de ingresos bajos y medianos, no pueden acceder a anticonceptivos modernos y se prevé que se producirán siete millones de embarazos no planificados si el confinamiento se prolonga seis meses y los servicios de salud experimentan interrupciones importantes. Explicó que por cada tres meses que se mantiene el confinamiento, habrá hasta dos millones más de mujeres que no puedan utilizar estos anticonceptivos.
Con relación a la violencia de género, indicó que si el confinamiento se prolonga al menos durante seis meses, se prevé treinta y un millones de casos más de violencia por razón de género. Se espera que por cada tres meses que prosiga, haya quince millones de casos adicionales de violencia de género.
En cuanto a la mutilación genital femenina, se habla de que durante el próximo decenio podrían producirse dos millones de casos evitables a causa de la interrupción de los programas de prevención de dicha práctica en respuesta al COVID-19.
Según calculan, la pandemia socavará los esfuerzos para erradicar el matrimonio infantil, lo que podría dar lugar a trece millones de matrimonios infantiles adicionales entre 2020 y 2030 que podrían haberse evitado.
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Acerca de los datos obtenidos
Esta investigación ha sido realizada por el UNFPA, con la colaboración de Avenir Health, la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) y la Universidad de Victoria (Australia). Sus proyecciones se basaron en un estudio reciente del UNFPA en el que se analiza cuáles serán las medidas que el organismo deberá tomar a fin de lograr los objetivos establecidos para el 2030.
Para cada una de las estimaciones los investigadores proyectaron el impacto directo del coronavirus sobre el problema en cuestión y lo combinaron con la afectación a los programas mundiales de prevención provocada por la pandemia. De esta manera, el organismo trabaja con los Gobiernos y con asociados para dar prioridad a las necesidades de las mujeres y las niñas en edad reproductiva y tomar medidas urgentes durante esta difícil emergencia de salud pública.
“Nuestros esfuerzos se concentran en reforzar los sistemas de salud, la adquisición y la entrega de suministros esenciales a fin de proteger a los trabajadores sanitarios, garantizar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva y de violencia de género, así como promover la comunicación de riesgos y la implicación de la comunidad”, aseguró.