Por: Lourdes Pintos
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Esta es la historia de Ever López, el enfermero paraguayo que lucha en primera línea contra el COVID-19 en Italia. Después de terminar sus estudios de enfermería recibió la propuesta para viajar al país europeo y sin dudar decidió ejercer su profesión allá. Viajó hace diez y seis años, acompañado de su fiel compañera “la virgencita de Caacupé” y desde entonces hasta hoy presta servicios en un hospital de la localidad de Parma.
Ever relató a La Nación lo que significa para él vivir tan de cerca esta pandemia. Si bien ya está casado y tiene dos hijas en Italia, el resto de su familia vive en Paraguay. Pero él no deja que la situación le afecte, por el contrario, aumenta sus ganas de seguir peleando hasta ganarle la batalla al coronavirus.
“Estamos viviendo una situación muy tensa, ya que llevamos más de cuarenta días en cuarentena. Aquí la situación empezó a finales de febrero aproximadamente y la estamos sobrellevando a nivel personal y desde el punto de vista profesional estamos trabajando. Bien sabemos que es un riego para nosotros estar en primera línea pero es nuestro trabajo, sabemos de los riesgos que eso implica pero lo debemos afrontar profesionalmente. Es nuestro deber, es como un militar, cuando la patria nos llama tenemos que estar presentes”, expresó.
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Aunque los casos en ese país ya están disminuyendo de a poco, en los días más críticos el hospital donde Ever trabaja llegó a albergar a más de setecientos infectados. Con un nudo en la garganta nuestro entrevistado manifestó que lo más duro que le tocó vivir, fue haber visto a los pacientes morir en soledad y sin tener forma de ayudarlos.
“De a poco estamos saliendo del túnel. Lo más fuerte es ver la situación de los pacientes, verlos sufrir solos. Solamente nosotros estábamos ahí y los veíamos sufrir. Es muy fuerte ver el momento en que está muriendo un paciente y no tenés modo de salvarle. Ver con tus propios ojos que la persona se está ahogando y de a poco se está muriendo y no tenemos modo de ayudarlo porque no hay nada más que hacer, es una situación muy dolorosa”, sostuvo.
Agregó que fueron tres semanas muy duras, porque el 75% del hospital se había convertido en modo COVID y todos se abocaron a ese servicio. Sólo el 25% quedó para otras especialidades. En un momento de la entrevista Ever se quedó pensando y decidió dejar un mensaje a toda la ciudadanía paraguaya para finalizar la conversación.
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“Quiero decir a los compatriotas que están en Paraguay que ninguno somos inmunes a este mal, tanto ancianos, jóvenes, hombres, mujeres e inclusive niños se pueden infectar, por lo tanto les pido que sean conscientes y tomen las medidas porque esta situación no es joda y debemos tener precaución en el lugar en el que nos encontremos. Mejor perder cinco minutos de tiempo y esperar turno y evitar los lugares donde hay muchas personas, porque no sabemos frente a quienes estamos", finalizó.