La majestuosidad de las Cataratas del Yguazú ya no es la que acostumbraba, hoy ofrece una escena muy diferente, pequeños hilos de agua frente a aquella ruidosa y exuberante caída de agua. El atractivo turístico de la Triple Frontera tampoco puede ser admirado en esta cuarentena, ya que desde el 25 de marzo se encuentra cerrado al público.
Considerada una de las 7 maravillas naturales del mundo, compartida con Argentina y Brasil, en el presente muestra una postal triste, con poca agua y sin gente, ambos hechos inéditos.
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La falta de lluvia, el cierre de las compuertas de una hidroeléctrica brasileña y la peor bajante del río Paraná repercuten en la imagen que tienen hoy las Cataratas del Yguazú. Véalo usted mismo a través de El Ojo de La Nación.
Navegación y energía
La preocupante bajante del río paraliza la navegación contínua, y en varios trechos, muchas personas lograron cruzar a pie de una costa a otra.
La sequía que sufre el sureste del Paraguay, el noreste de Argentina y las zonas del sur del Brasil afectan directamente a las cuencas de los ríos Paraná-Paraguay.
El río Yguazú, uno de los afluentes del Paraná, mantiene una descarga mínima y eso repercute directamente en el lago Itaipú, lo que a su vez, tiene un efecto negativo en la generación de energía.
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Los datos de la Dirección Técnica de la entidad indican que la producción se redujo en un 36%, con relación al mismo periodo, entre los años 1999 y 2019.