Una mascarilla de G. 30.000 fue suficiente para que la ciudadanía se indigne con las autoridades del Poder Ejecutivo, en este caso con la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), que es la protagonista del nuevo escenario donde la corrupción marca la hoja de ruta de los oportunistas.
Un proceso licitatorio excepcional fue la herramienta utilizada para agilizar los pasos y permitir la adjudicación de los 4.000 tapabocas a un costo de G. 29.990 cada uno totalizando una adjudicación de G. 1.895.000.000 a la empresa Proyectos Global SA.
La Nación consultó a sus lectores a través de la plataforma Votá, donde tu opinión cuenta: ¿Qué denota el escándalo de la supuesta sobrefacturación de los tapabocas?0
La respuesta del 70% de los votantes fue que la situación denota el frágil control de la administración del dinero público.
Mientras que el 22%, cree que hay sectores que buscan aprovecharse de la situación y el 8% restante considera necesario un mejor control de los precios de los insumos hospitalarios.
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El argumento del titular de la institución, Édgar Melgarejo, desde el primer momento fue tildar dicha denuncia como una campaña de manipulación. No obstante, la crisis sanitaria que se vive enciende aún más la indignación de la ciudadanía.
El proceso de investigación avanza. Incluso los funcionarios de la Fiscalía realizaron tres allanamientos en simultáneo en las oficinas administrativas de la Dinac. Los agentes fiscales Osmar Legal, Alicia Sapriza y Marcelo Pecci son quienes lideraron el procedimiento.
Mientras que en la Cámara de Diputados proponen retirar la confianza del presidente de la institución, por la sospecha que se generó en torno a la sobrefacturación de las mascarillas. La iniciativa espera como respuesta del Poder Ejecutivo que Melgarejo sea removido del cargo.
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