El Arzobispado de Asunción habilitó la “Pastoral de la Escucha”, servicio que ofrece atención de sacerdotes vía telefónica, para quienes necesiten contención espiritual durante la cuarentena por coronavirus.

Explicaron que no realizan confesión por teléfono solo brindan apoyo espiritual para sobrellevar el confinamiento y hacer más llevadero el convivir familiar. Según el capellán Alejandro Vázquez-Dodero no se puede realizar confesión online ni por teléfono, con carácter general y en particular durante el tiempo de confinamiento generado por el COVID-19.

“El confinamiento domiciliario decretado para esta pandemia no justifica una confesión telefónica o telemática y la razón principal que lo sostiene es que ya contamos con el recurso a la contrición perfecta, que en sí misma resalta la esencia del sacramento del perdón de Dios: el sincero arrepentimiento, acogido misericordiosamente por el Señor al dispensar su amoroso perdón”, expresó en un comunicado.

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La asistencia estará disponible de lunes a sábados, de 8:30 a 11:30 y de 15:00 a 18:00. Los teléfonos para contactar son: (0981) 119 466, (0961) 378 333, (0981) 230 112, (0981) 493 246, (0985) 650 873, (0981) 311 641, (0981) 384 156, (0981) 715 344, (0981) 812 661, (0982) 879 853, (0991) 435 745, (0981) 384 156, (0993) 594 811, (0971) 911 850, (0971) 625 567, (0992) 273 739 y (0971) 815 519.

Cabe recordar que el 22 de febrero de 2002 el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales manifestó que “no existen los sacramentos en Internet; e incluso las experiencias religiosas posibles ahí por la gracia de Dios son insuficientes si están separadas de la interacción del mundo real con otras personas de fe”.

La Penitenciaría Apostólica, en su nota del 20 de marzo pasado, anima a considerar la necesidad y la conveniencia de establecer, cuando sea necesario, de acuerdo con las autoridades sanitarias, “grupos de capellanes extraordinarios de hospitales, también con carácter voluntario y en cumplimiento de las normas de protección contra el contagio, para garantizar la necesaria asistencia espiritual a los enfermos y moribundos”.

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