Por: Lourdes Pintos
lourdes.pintos@gruponacion.com.py
Desde el pasado 21 de marzo, Paraguay atraviesa la etapa de aislamiento total, tras confirmarse la primera muerte en el país a causa del Covid-19. Inició los primeros días del mes con ocho horas, la restricción horaria iniciaba a partir de las 20:00 y se extendía hasta las 04:00, pero todo cambió cuando el virus se cobró su primera víctima, un médico que se contagió de la enfermedad a través de un paciente, fue ahí cuando el Gobierno decidió extremar las medidas preventivas y de ocho horas, la cuarentena pasó a ser las 24 horas.
Pero esta situación, si bien, es a favor de la salud de todo un país amenazado por la pandemia, que ya se cobró más de 20.000 vidas en todo el mundo, también representa un retroceso o hasta un estancamiento del sistema económico nacional.
Muchas empresas han suspendido sus actividades, otras han decidido rescindir de los servicios de muchos de sus funcionarios, mientras que hay sectores aún más vulnerables, como el de los jornaleros, albañiles, vendedores ambulantes, electricistas o técnicos, quienes con sus trabajos diarios llevaban a sus hogares el alimento para sus familias, pero con esta crisis sanitaria se quedaron en casa y sus mesas ya están quedando vacías.
Este es el caso de María Cristina Fernández, una joven de veinte años quien se dedicaba a la venta de bijouterie y todo tipo de accesorios en la vía pública, actualmente sobrevive con la ayuda de sus familiares. Lo mismo pasa con Sergio Ortíz, quien espera la asistencia alimentaria del Gobierno, ya que el poco dinero que logró juntar producto de sus trabajos como albañil, ya se está acabando. Fernando Rojas está en la misma situación, él hacía trabajos de electricidad y mantenimiento de aires split, pero ahora se dedica a la fabricación de alcohol en gel para comprar el alimento diario para su familia. Todos ellos hablaron con La Nación y relataron sus casos.
“Entiendo que es un esfuerzo necesario”
María Cristina Fernández Jara
“Me dedico a la venta de bijouterie, frente al colegio María Auxiliadora de Asunción, pero desde que inició la cuarentena tuve que dejar de ir porque los alumnos ya no asistían a la institución y ya no tenía a quien vender mis productos. Yo tengo una hija pequeña y gracias a mi familia puedo sobrevivir, pero entiendo que es un esfuerzo necesario el que tenemos que hacer todos los paraguayos. Mi mamá tiene un local frente a la comisaría 8va, y una vez a la semana me ayuda con fideos, azúcar y lo suficiente para que no pasemos tantas necesidades. También hago arreglos de cactus y suculentas, así trato de ingeniarme haciendo de todo un poco para ayudar en lo que haga falta. Considero que fue la mejor opción haber expandido la cuarentena, creo que ya se está poniendo un poco mejor las cosas, se están viendo los primeros resultados, pero si se dispone lo contrario va ser peor, el virus se va expandir más de lo que está ahora. Yo siento mucho por la economía, por las personas que también están pasando mal, las que no tienen para el pan de cada día, pero el paraguayo no cree hasta que le pase, así que pienso que lo mejor es que continuemos con la restricción total”.
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“Lo que queda de mi ahorro voy a gastar para
el almuerzo y la cena de hoy, si alcanza”
Sergio Adrián Ortiz
“Yo soy constructor albañil y también hago carpintería de obras, pero hace diez días que me vi obligado a quedarme en casa, debido a la cuarentena. Tengo una nena de ocho años, a estas alturas ya estamos demasiado preocupados, porque nosotros trabajábamos todos los días y cobrábamos de forma semanal, eso hace que al no ir a trabajar ya nos quedemos sin ese ingreso para nuestro sustento diario. Tenía un guardadito y con eso nos estamos manteniendo, pero ya se está acabando y eso desespera porque no hay nada para hacer. Nos prohíben salir totalmente, es como estar preso, pero en nuestra propia casa, es muy complicado, lo que queda de mi ahorro voy a gastar para el almuerzo y la cena de hoy, si alcanza. Estamos esperando la ayuda que dará el Gobierno, pero es complicado porque ni los números de teléfonos funcionan, están todos saturados, las páginas no abren, es como si quisieran tener al pueblo paraguayo como calesita ñanembojereparai hikuai, pero vamos a ver qué pasa porque la situación ya está crítica, no tenemos nada, ya no hay insumos, ni para comprar alcohol ya no tenemos. Es muy difícil, porque ellos quieren que nos quedemos, pero no dan ningún beneficio a la gente, no dan nada al pueblo paraguayo”.
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“Cuando falta dinero en casa nos vemos en
la necesidad de hacer algo para sobrevivir”
Fernando Rojas
“Yo me dedicaba a hacer trabajos a domicilio de electricidad y mantenimiento de aires split, pero ahora estamos respetando la cuarentena, pero por más que respetemos cuando falta dinero en casa nos vemos en la necesidad de hacer algo para sobrevivir, pero por mi trabajo yo me veo muy afectado, porque la gente ya no sale de sus casas y tampoco deja entrar a nadie. No hay trabajo, no puedo hacer nada, yo estoy acá con mi familia, uno de mis hijos con síndrome de down vive conmigo, por eso me rebusco para generar al menos algo de ingreso, que nos salve el día a día. Los primeros días vendíamos frente a casa cds, remedios refrescantes, hacíamos también productos de limpieza y vendíamos, pero en los últimos días ya ni eso salvaba. Pero me esmeré un poco más y conseguí lo necesario para fabricar alcohol en gel y hasta ahora eso es lo único que nos salva. Me arriesgué, cuando ya no había trabajo recurrí a mis ahorros, tenía G 300 mil, por G 150 mil me fui a comprar alimentos y todo lo necesario para la casa, y por la otra mitad compré los productos para el alcohol. Publiqué en el Facebook, en mi estado, pero la primera semana no había nada, estaba preocupado porque ya no tenía dinero y la comida se estaba acabando. Los alcoholes se vendían de a poquito, hasta que la segunda semana creo que por gracia de Dios empecé a vender bien y ahora es eso lo que nos está salvando”. Para quienes quieran ayudar a Fernando comprando sus productos, pueden contactar al 0972-638191.
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