Por: Lourdes Pintos
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Ni bien arrancaba el mes de diciembre del 2019, el mundo se hacía eco de un nuevo virus que comenzaba a expandirse en China, el Covid-19. Para muchos, una situación alarmante, pero muy lejana, más aún para los países de Sudamérica, como Paraguay; ¡nadie hubiera imaginado que, en menos de cuatro meses, este nuevo Coronavirus llegaría a los cinco continentes y ya se convertiría en pandemia, menos que ya se cobraría la vida de 20.334 personas!.
Hoy, el mundo está paralizado ante esta enfermedad. Se suspendieron las actividades sociales, las empresas y los comercios cerraron sus puertas, las calles están vacías y silenciosas, ya las familias no se reúnen, los países lloran la partida de sus compatriotas. No faltan las oraciones, aquel que no creía en Dios hoy le pide compasión y le entrega su vida.
Más allá de las creencias, todos luchan por seguir viviendo, el aislamiento es la única forma en que se puede evitar el contagio. Pero, existen héroes anónimos quienes a pesar de las recomendaciones y del riesgo que implica salir de sus casas, han decidido hacerlo, con el único fin de luchar contra esta pandemia, ayudando a otros.
La solidaridad es una de las características de miles de paraguayos, como Luis Alberto Villalba, quien hace diez y ocho años vive con su familia en Italia, el país más golpeado con el Coronavirus y que hasta hoy, ya registra un total de 7.503 fallecidos, pero a la hora de estrechar una mano, para Luis, los números no representan un peligro. Él trabaja en una confitería en la ciudad de Predrazzo, pero, además, desde hace siete años es voluntario de la Cruz Roja Italiana.
Actualmente toda Italia se encuentra en cuarentena, pero Luis prefirió ponerse a disposición del país en donde vive, para colaborar de cerca en la lucha contra el Covid-19. Asegura no temer, pues, servir a los demás, para él es una misión.
“Al momento en que hacíamos el curso y entrenamos con la indumentaria, me entró un poco de temor, pero pensé en todos los médicos, en los personales de limpieza, en voluntarios y si ellos pensaran así, el problema sería aún más serio de lo que es ahora. Me ayudó bastante el apoyo de mi familia, servir para mí siempre fue una misión”, relata el compatriota.
Esta situación no es nueva para nuestro entrevistado, pues antes de viajar a Europa, hacía voluntariados en Paraguay. En Italia, ya como miembro de la Cruz Roja, debió enfrentarse a terremotos y otros desastres naturales.
“Soy voluntario hace siete años, siempre que hay desastres naturales, como tormentas o terremotos, nosotros estamos en primera línea, ayudando a la comunidad. En Paraguay ya hacía estos servicios de acuerdo a mis posibilidades y acá tuve la oportunidad de entrar a formar parte de la Cruz Roja Italiana, que hoy en día ya es una familia para mí”, comenta.
Su lucha contra la pandemia
Su misión en esta noble causa, es colaborar con el triage en el hospital Cavalese, que consiste en la clasificación de cada paciente de acuerdo a su gravedad. También se encarga de vestir y desvestir con los atuendos especiales, a los voluntarios quienes tendrán contacto con pacientes con síntomas del Coronavirus.
“Hacemos guardia con la ambulancia, desde las 20:00 hasta las 08:00 los días hábiles y los fines de semana desde las 20:00 del sábado hasta las 20:00 del domingo, esto lo hacemos de tres a cuatro veces al mes. También vestimos y desvestimos a los voluntarios cuando le llevan a un paciente sospechoso de Coronavirus. Ellos deben llevar puesto mamelucos impermeables, para evitar los contagios y eso tiene su manera de emplearlo para que no se contaminen”, menciona.
Al finalizar su turno, Luis toma las medidas necesarias para retornar a su hogar sin poner en riesgo la salud de su familia. Antes de terminar la entrevista, el destacable compatriota cuenta que lo que más lamenta en estos momentos es estar lejos de sus seres queridos de Paraguay, a quienes dedicó unas palabras.
“Lo que más me toca es pensar en mis familiares de Paraguay, lo duro que será allí, porque el virus es invisible, además la ignorancia es muy peligrosa y en tercer lugar, los hospitales son vulnerables y eso me da miedo. A mis hermanos, amigos y a todos los paraguayos les digo: quedate en tu casa, ese es el único remedio para este mal”, expresó.
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