Son las 03:50 de mañana y Jorge (alias) se alista para salir en su moto y llegar lo antes posible a la parada de la empresa Magno, que explota la Línea 12. Pese a ser muy temprano, una mujer con los cabellos de color plata sale hasta el portón y lo despide: “Padre, Hijo y Espíritu Santo, che memby. Ñandejara ha Tupasy ta nde rovasá, ha ani mba’eve vai ojá nderehe” (Padre, Hijo y Espíritu Santo, mi hijo. Que Dios y la Virgen te bendigan, y ningún mal se te acerque). Así lo bendice en guaraní su anciana madre, quien tras invocar la protección divina, mira al cielo pidiendo clemencia para el hombre que es sostén de esa casa. La vivienda también la habitan un niño de seis años y otra mujer de 32, hijo y esposa de Jorge.

Montado en su biciclo, agradece que no haga frío, pues en días de bajas temperaturas andar en moto es mucho más sacrificado y se expone a contraer enfermedades respiratorias. Con la situación de crisis sanitaria, los choferes de colectivos están -al igual que los médicos - como punta de lanza, pues todos los días se exponen a contraer el coronavirus, que, según las autoridades sanitarias ya tiene circulación comunitaria en varios puntos Asunción y del Área Metropolitana.

Tenemos miedo. Acá estoy con mi mama y mi hijo. Es un peligro salir a la calle, pero qué pasa si no salimos, no tendremos el pan de cada día. Ojalá pudiéramos tener todos la heladera llena.

Jorge tiene marcada la salida a las 05:00 AM. Sabe que debe estar al menos 15 minutos antes para preparar el dinero sencillo para el vuelto, ver si el vehículo está en condiciones y cargar combustible. También debe llenar la planilla y en eso ya se le pasó cinco minutos de la salida establecida. El retraso en otra época podría significar un retardo de casi media hora en el tráfico. Aunque agradece que ahora no sale a las 03:40 de la parada, cada día es un calvario, por el temor de contagiarse en cualquier momento, pues sabe que si bien las unidades se limpian, siempre están expuestos, pues desconocen si algún pasajero puede ser un portador asintomático.

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“Si me enfermo, le contagio a todos ellos (su mamá, su esposa e hijo). ¿Quien les va a cuidar? Yo soy el sostén de la casa. Y hay que salir, lastimosamente tenemos que salir a trabajar”, dice.

Ramón Ávalos, secretario de conflicto de la Central Nacional de Trabajadores (CNT), asesor jurídico de la Federación de Trabajadores del Transporte (Fetrat) y ex secretario general de ese gremio, dice que uno de los principales focos de contagio puede ser el servicio del transporte público. Para frenar la propagación del virus, piden el paro total de las actividades por una semana.

Si bien admite que varias empresas proceden a la limpieza de las unidades luego de cada redondo, la desinfección nunca es un 100%, además, los choferes están expuestos siempre, ya que no pueden saber si un pasajero está o no enfermo. “Creemos que uno de los lugares donde más puede darse el contagio de coronavirus es en el colectivo”, manifestó al tiempo de indicar que en China, el transporte público se tuvo que parar para cortar la transmisión.

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“Aca el gobierno tendría que ver la forma de hacer el paro total, para evitar la transmisión”, comentó y dijo que intentaron hablar con el viceministro del Transporte, Pedro Britos, pero que no tuvieron éxito.

Todos tienen miedo. Hay gente que vive con sus padres y están expuestos a llevar el virus. Tienen miedo por ellos y por los suyos, y es con más razón, porque a peligran a todos.

“Si el gobierno realmente quiere atajar esto, si quiere cortar en serio y de forma eficaz la circulación del virus, tiene que suspender el transporte público por un tiempo y que realmente todos se queden en sus casas”, manifestó Ávalos.

Aseguró que hacer la desinfección de los buses de forma correcta lleva su tiempo, ya que cada espacio y asiento debe ser limpiado minuciosamente para evitar que el virus quede y pueda infectar a los pasajeros que suben después. “No es perfumar y dejar así", sostuvo.

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“Dónde se sabe si un pasajero no es un portador. Puede ser un asintomático, porque nosotros no tomamos la temperatura a los pasajeros, además, puede que la persona quiera irse a un hospital y en el trayecto infecta a todos. Todo puede suceder. Realmente nos afecta a todos, no solamente al trabajador del volante”, dijo Ávalos, quien pidió que se pueda subsidiar a las empresas y choferes, para que éstos también puedan dejar de laburar y quedarse en sus casas.

Asimismo, conductores de la Empresa San Isidro, que explota las líneas 8 y 48 hicieron un par de videos que se volvieron virales. Pedían quedarse en casa, no solo para protegerse ellos, sino además a todos sus seres queridos y a la población en general.

Le pedimos a la ciudadanía, al pueblo paraguayo para que nos concienticemos, que por favor que se queden en casa. Si nos quedamos en casa, esto pasa rápido. En el nombre de Cristo Jesús te pido, quedate en casa.

“Los choferes de la empresa San Isidro queremos pedirle a las autoridades ese derecho de protegernos nosotros y a nuestras familias, de estar sanos y que se pueda cumplir la totalidad de la cuarentena. Los compañeros de la empresa San Isidro no queremos exponernos más”, dice parte del video.

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En el Área Metropolitana existen 48 empresas permisionarias que aglutinan aproximadamente a 3.500 trabajadores, según CETRAPAM. “Que trabaje la mitad, son casi 2.000 potenciales transmisores. Los choferes están como punta de lanza. Nosotros lanzamos el pedido de auxilio, para que también podamos quedarnos en casa y resguardarnos hasta que pase la crisis”, manifestó Ávalos.

COMUNICADO DE LA FETRAT

Mediante un pronunciamiento, la Federación de Trabajadores del Transporte - FETRAT, manifestó al Gobierno su preocupación ante la crisis sanitaria que atraviesa el país por la confirmación del ingreso del Covid-19. Indican que sí se trabaja con el lema #QuedateEnCasa, pero ese eslogan no se adecua a la realidad de los trabajadores del transporte, “ya que todos los días nos exponemos a este virus mortal que está causando pánico en todo el mundo”, dice parte del comunicado.

Esta Federación de Trabajadores del Transporte exige también a las autoridades del gobierno una equidad en el trato como seres humanos, para poder cumplir realmente esta cuarentena de aislamiento social y pedimos que se declare el paro total de las actividades del transporte público, para poder blindar a todos seres humanos.

Sostiene el comunicado que en el transporte público existe mayor posibilidad de contagio, aunque bien entienden que es un medio idóneo de movilización, en esta situación se tiene que tomar medidas extremas, a fin de llegar al objetivo deseado. “Detrás de un chofer existe una familia que le espera y que le quiere tener sano para cumplir su verdadero rol, que es cuidar a los suyos”, dice el documento.

Recordemos que numerosas ciudades del interior del país ya cerraron su terminal de ómnibus, impidiendo de esta forma la circulación de los buses y obligando de este modo a que la gente no se desplace.

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El titular de Cetrapam, César Ruíz Díaz, aseguró a La Nación que está a favor del pedido de los trabajadores del transporte público. “No soy médico, pero respeto el comunicado. Cada chofer es un padre de familia y sustento de su casa. Ellos son los que tienen exposición constante. Están en contacto con casi 200 mil personas que no sabemos cómo están. Se respetan los protocolos de desinfección, pero debemos precautelar la vida de todos”, comentó el empresario.

Agregó que cuando un chofer sale no solo se expone él y su familia, sino además, a las personas que trabajan en la parada: guardias, mecánicos, personal administrativo y las familias de estos. “Todos están en riesgo, no solo la familia. Por eso se tiene que parar el transporte público aunque sea una semana y luego se evalúa”, aseguró.

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Explicó que tras la aplicación de la medida sanitaria, de 1.200.000 pasajeros diarios se redujo a 200.000. Agregó que en ciertos horarios no tienen pasajeros y circulan llevando “aire”. “No hay estudiantes, funcionarios del sector público y pocos del privado, no hay universitarios, mucha gente con permiso para trabajar remotamente. Los que se mueven son los que trabajan en la noche, los que trabajan en supermercados, en estaciones servicios”, manifestó.

En ese sentido, dijo que los empresarios de esas áreas deberían precautelar la vida de sus colaboradores y facilitarles un transporte seguro, ya que si bien los vehículos del transporte público se desinfectan a diario, el peligro está siempre latente. “Se tiene que ser más humano y considerar esa situación”, comentó.

Ruíz Díaz indicó que en el sector del transporte público existen alrededor de 3500 choferes más o menos, de los cuales están trabajando 1000 choferes. Aseguró además, que "en horario pico circulan aproximadamente 850 vehículos. En otro horario no hay gente”, comentó.

El servicio se redujo a un 50%, a la noche no hay gente, transportamos aire. No vale la pena arriesgarle al chofer.

Sostuvo además que el Viceministerio del Transporte no entregó aún a las empresas el protocolo sobre cómo actuar en caso de emergencia dentro de la unidad del transporte público. “Se tiene que hacer la evaluación del servicio. Hasta hoy no se recibe el protocolo de cómo actuar en caso de emergencia dentro de un bus. No tenemos un papel sobre eso para pegar en el parabrisas para que lea el pasajero”, lamento .

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EL FRACASO ITALIANO

De acuerdo a los expertos chinos que manejaron la crisis sanitaria de Wuhán, epicentro de la pandemia, el problema de Italia –donde cada día aumentan las cifras de infectados y de muertos – es que hay mucha gente en la calle, y también usando el transporte público.

Eso fue lo que manifestó Sun Shuopeng, vicepresidente de la Cruz Roja del gigante asiático. Él consideró que el fracaso se dio porque las medidas no son muy estrictas. Sostuvo, tras realizar una evaluación, que este es el momento en que se tiene que detectar a las personas que están infectadas y dejarlas en casa, para que no sigan infectando.

“Hay que detener todas las actividades económicas e interacciones sociales. Todo el mundo debe quedarse en cuarentena en sus casas”, aseguró a las autoridades del norte de Italia.

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