El 1 de marzo de 1870 representa el final de las acciones militares de la Guerra contra la Triple Alianza. Eso se da con la muerte del comandante en jefe y presidente de la República del Paraguay, Francisco Solano López. El Ejército de las tropas brasileñas comandadas por José Antonio Correa da Cámara atacaron el campamento de López en Cerro Corá, según explica el historiador Herib Caballero Campos.
Indica que se trata de una fecha simbólica e importante, pues de alguna manera es la concreción del emblema de la República paraguaya de que había solo dos opciones, vencer o morir.
Si no se podía vencer, era preferible morir en el campo de batalla. Es por eso que hoy en día tiene un valor simbólico, muy relevante para la historiografía y en este sesquicentenario (150 años) se tiene que repensar nuestro pasado en un nuevo contexto, evitando fanatismos.
Sostiene que si bien tres de cada cinco habitantes de aquella época fallecieron durante la contienda, no necesariamente fue por las balas, sino más bien por las consecuencias como enfermedades, hambre y las penurias que vivieron durante la guerra. “Fue una debacle demográfica, pues tres de cada cinco habitantes perecieron no precisamente por balas, sino por los efectos secundarias como hambre, enfermedad y toda la penuria que acompañó a la población civil, que fue la más perjudicada”, añade.
RECONOCIMIENTO
En el Paraguay se recuerda el Día de los Héroes desde hace 90 años tras la inclusión del 1 de marzo en la Ley de Feriados como el Día de los Defensores de la Patria, añadió. “Antes de esa fecha, el 1 de marzo no era recordado más que por los periódicos”, aseguró.
Como antecedente para la inclusión de la fecha en la Ley de Feriados, Caballero Campos explica que en 1920, en el marco del cincuentenario del fin de la guerra, un grupo de docentes y estudiantes convocaron a una multitudinaria movilización que congregó a más de 50.000 personas. No obstante, recién en 1922 se conmemoró el primer acto público en la fecha, al inaugurar un monumento a los héroes.
Entre tanto, la exaltación de la figura del mariscal Francisco Solano López comenzó a partir del gobierno provisorio del Rafael Franco, en 1936. Él ordenó terminar las obras iniciadas en el gobierno de López para la construcción del Oratorio de la Virgen de la Asunción.
Caballero Campos explica que la figura de López pasó por tres etapas. Una de culpabilidad, que comenzó el 17 de agosto de 1870, cuando el gobierno provisorio lo declaró culpable de la guerra y procedió a confiscar sus bienes y los de sus familiares.
En ese cincuentenario, un grupo de estudiantes y docentes habrían propugnado una manifestación que tuvo más de 50.000 personas. Eso fue el 1 de marzo de 1920. Después, el 1 de marzo de 1922 se inauguró el actual monumento a los Héroes, que está detrás del Panteón Nacional de los Héroes. Esta fue la primera vez que hubo un acto público donde se recuerda esta fecha.
Este periodo dura hasta 1902, en que se produce un debate público a través de los periódicos de la época entre Juan E. O’Leary y Cecilio Báez. En esta polémica triunfa el posicionamiento de O’Leary, con lo que inicia el periodo del lopismo.
La etapa reivindicativa va hasta 1936, cuando finalmente el gobierno provisorio de Rafael Franco decide concluir el Oratorio de la Virgen de la Asunción. El 12 de octubre de 1936 se inicia el culto al Día de los Héroes en la persona de Francisco Solano López, explica el historiador.