El Ministerio Público imputó a Julio Paredes y Adilio Armoa por el hecho punible de lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas. Ambos son agentes de la Policía Nacional, pertenecientes al Grupo Lince.

Según la investigación a cargo de la fiscal de la Unidad Especializada de Derechos Humanos, Silvia Cabrera, la víctima se desplazaba a bordo de una motocicleta, en compañía de un sobrino, sobre la avenida Félix Bogado, cuando fue detenido por los agentes policiales quienes también se desplazaban en un biciclo.

Ante este pedido, el hombre detuvo la marcha y fue sometido a una inspección. Pese a que la víctima acataba todas las indicaciones, fue despojado de su campera y Armoa le levantó la remera, bajó el short y alumbró sus partes íntimas con una linterna.

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Posteriormente le exigieron la entrega de su billetera, que contenía unos Gs. 2.800.000 a ser usada para la fiesta de cumpleaños de su hijo.

Debido a que la víctima se negó a entregar la billetera, los agentes lo esposaron y tiraron al suelo. Una vez reducido el hombre, uno de los agentes policiales, a quien no pudo identificar porque estaba boca abajo, le pisó el brazo. Los uniformados después lo sostuvieron del cuello al punto de dejarlo casi sin conocimiento. Cuando lo soltaron, comenzaron a propinarle golpes de puntapié en el rostro y la espalda.

Cuando llegaron refuerzos de la Comisaría 18 Metropolitana, alzaron a la víctima a la patrullera y lo llevaron a la sede policial donde fue despojado de su billetera y parte del dinero en efectivo, que se repartieron entre ambos. El policía de nombre Atilio quiso exponer públicamente a la víctima tomándole una fotografía, pero ante su negativa fue llevado al calabozo por cometer supuesta resistencia y extorsión.

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