Unas de las paradas obligatorias tras llegar a la basílica y agradecer a virgen de Caacupé, es el Tupâsy Ykua donde la gente se acerca para mojarse con el agua y renovar su fe.
Las personas llegan de todos lados, en la que sería la segunda y última parada del recorrido por la villa serrana. En este lugar prenden una vela en agradecimiento para luego pasa al ykua donde muchos se mojan el rostro y cargan en sus botellas para llegar un poco del agua a sus hogares. La gente describe al agua como bendita y muy milagrosa.
Según comentó Juan Arguello, encargado de la capilla y del ykua, una vez que inicia el novenario a la virgen la zona Tupasy Ykua esta abarrotada de personas. “Este lugar no descansa desde que empieza el novenario, llegan de todas partes”, señaló.
“Desde la basílica vienen directo al Tupásy Ykua para llevar la milagrosa agua. Según cuenta la historia en la naciente del agua, aparecía la imagen de una mujer parecida a la Virgen que cuidaba a los niños”, apuntó.
Agregó que desde ese tiempo y según la versión de estos niños la gente empezó a creer que se trataba de la virgen y que el agua les curaba. “Les cura física y emocionalmente”, apuntó.
Anteriormente para acceder al agua del ykua se debía formar fila o esperar a que los grupos se vayan dispersando. Ahora se implementó un sistema de tuberías que hace que el agua llegue a canillas, que están instaladas a inmediaciones del ykua para que evitar la aglomeración de gente.