Ciudad del Este. Agencia Regional.

Abusaba de su hijastra desde los 9 años hasta que a los 12 años, la niña relató lo que venía padeciendo.

El ex policía de Interpol, José María González Marecos fue condenado esta tarde a diez años de prisión por coacción sexual, violación y abuso sexual en niños. Integraron el Tribunal, los magistrados Evangelina Villalba Montanía, Oscar Gabriel Genes Ayala y Alba Meza. El fiscal de la causa es Adolfo Santander.

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El hombre venía cumpliendo prisión domiciliaria y fue revocada la medida, por lo que volvió a la cárcel donde ya estuvo dos años y cuatro meses. Entre su prisión en la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este y en su domicilio, completó cuatro años de privación de libertad, por lo cual le quedará seis años por cumplir, siempre y cuando se mantenga la condena que sería apelada por su defensa.

Los familiares paternos de la menor reclamaron en reiteradas oportunidades las dilaciones en el proceso. Dos juicios orales anteriores fueron suspendidos. La denuncia data del año 2015 por parte del padre de la víctima, quien relató que su hija vivía con su madre y desde los 9 años era sometida sexualmente por su padrastro, según pudo contar finalmente la menor, cuando ya tenía 12 años.

El hecho tomó estado público cuando en la escuela donde acudía la menor se dieron cuenta que algo pasaba con la escolar y se realizó la denuncia ante la Fiscalía. El llanto en el baño observado por una profesora fue la alerta que derivó en el descubrimiento de lo que pasaba. A partir de allí, con sicóloga de por medio, la víctima relató lo que pasaba en la cámara Gesell.

Foto: Gentileza.

Contó que fue abusada en forma sistemática desde hacía tres años por su padrastro, quien la amenazaba con arma de fuego. En esa ocasión, cuando fue preguntada si contó a su madre lo que padecía, reveló que no lo hizo porque ya su hermana mayor sufrió el mismo abuso y contó a su madre, pero esta no le creyó a su hija. La madre incluso estuvo como testigo del ex agente de Interpol.

El padre de la víctima, tiene la custodia de la menor desde que se inició el proceso y es quien llevó adelante la lucha para que se haga justicia con respecto a lo que padeció su hija. El afectado llegó a encadenarse por el portón del Palacio de Justicia para impedir que recupere su libertad el procesado.

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