Con el Protocolo de Paz entre Paraguay y Bolivia se puso fin a la guerra de 3 años entre ambas naciones, el cual fue firmado un 12 de junio de 1935.

En el marco de los 84 años de la finalización de la Guerra del Chaco, el historiador paraguayo José Luis Martínez Peláez conversó con la 970 AM acerca de mitos y leyendas de la Guerra del Chaco, un libro lanzado recientemente en la Feria Internacional del Libro. El mismo aborda un análisis crítico de algunas afirmaciones largamente repetidas.

Falta de preparación para la guerra

Martínez Peláez se refirió a este tema diciendo que fue una acusación con tinte político. “En ese período nuestro país estaba muy convulsionado políticamente hablando, incluso post guerra hay una serie de ataques al gobierno de turno, el liberal, de cómo encaró el tema de la defensa nacional”, refirió.

Así también contó que el principal acusador era el Tte. Cnel. Antonio E. González, quien hace una acusación muy seria a los liberales. “El Paraguay estaba prácticamente indefenso y no estaba preparado y hace una serie de enunciaciones que yo me encargo de desmentir”, argumentó.

José Luis Martínez Peláez, historiador paraguayo. Foto: 970 AM.

Martínez Peláez sostuvo que cada soldado llegó al frente con un fusil en la mano y con una proporción de armas automáticas, algo relativamente razonable, no lo ideal. “González pedía lo ideal y era un ejército de un país pobre, no hay que olvidar eso”, recordó.

Ayuda argentina

Señaló que la ayuda argentina fue muy utilizada en este caso por Bolivia como propaganda. “También es un mito si consideramos que se usa al concepto de la ayuda militar como un elemento que indicaría que el Paraguay no hubiera ganado esta guerra sin esa ayuda. Lo cual es falso. La ayuda no se niega, la misma existió, lo que sí se niega es el impacto de esa ayuda en el resultado de esa guerra. Yo hago una larga enunciación de lo que es la ayuda financiera y en ese sentido”, expuso el historiador.

En otro momento se refirió a la Batalla de Campo Vía y mencionó que desde el presidente argentino hasta el último de los miembros del Estado Mayor de ese país recomendaba no hacer la batalla. Sin embargo, Estigarribia hizo caso omiso y llevó adelante.

“En esta guerra no hay vencedores ni vencidos. No se plasma la victoria en ningún documento. El tema de quién paró la guerra, es un mito boliviano”, manifestó.

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