Ubicado en el departamento de Misiones, a unos 15 km de San Ignacio, anualmente recibe cerca de 10.000 personas.

Como parte de la tradición, cada Viernes Santo, miles de peregrinos llegan desde distintos puntos del país y suben hasta el cerro Santa María de Fe, ubicado en el departamento de Misiones. Los visitantes acuden para pagar promesas, llevar flores, agradecer favores recibidos y así también, para apreciar la naturaleza del lugar.

Según contó -a La Nación- Javier Ríos, vicecomandante del cuerpo de bomberos voluntarios de Santa María, anualmente el lugar recibe cerca de 10.000 personas, pero es entre el Jueves y Viernes Santo cuando mayor cantidad de visitantes llega hasta la cima del cerro.

Mencionó que el horario en que más gente hay es desde las 08:00 a 11:00 y a la tarde ya disminuye la cantidad. “A partir de las 00:00 ya peregrinan y se quedan hasta el mediodía del Viernes Santo más o menos”, explicó.

Para llegar hasta el Kurusu Cerro, son unos 3 km de caminata que dependiendo de la persona se puede tardar entre 45 o 50 minutos si es un adulto, o entre 15 a 20 minutos si se trata de una persona joven.

Son 14 estaciones representadas por cruces incrustadas en piedras de color blanco que los peregrinantes recorren hasta llegar al oratorio final. “Cada año es una tradición que la gente se suba a rezar. Una peregrinación que inicia desde Santa María caminando y anualmente vienen cerca de 10.000 personas. Nosotros estamos para ayudar y controlar a las personas que se desmayan o se marean y brindar los primeros auxilios”, sostuvo Ríos.

Así también, en el lugar se pueden encontrar vendedores de artesanía indígena, comidas, bebidas, y otro tipo de arte, ya que es un lugar tradicional y a lo largo de todo el año las personas visitan el sitio.