El desafío de cumplir su promesa en bicicleta se propuso un padre de familia el año pasado y viaja más de 1 día para llegar a su destino.

Para Juan Carlos llevar a cabo el juramento hecho a la Virgen de Caacupé es cosa seria y por segundo año consecutivo llegó hasta la Basílica de Caacupé en bicicleta para cumplir con la promesa que dijo era parte de un secreto.

Desde Azotey, Concepción llegó a la Villa Serrana el padre de familia que utiliza como medio de transporte la bicicleta y un atuendo acorde: utiliza una remera con mangas y la imagen de la Virgen, para cubrirse del sol durante el día y del fresco durante la noche madrugada, además de calzado deportivo cómodo, riñonera y short.

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Pero Juan Carlos no va solo, su familia lo acompaña y lo hace en auto. Sus hijos Bruno y Tamara, además de su esposa Katia, quienes llevan consigo una imagen física de la Virgen, además de las remeras que coinciden con la del padre, como uniforme del equipo. “Yo vengo en bicicleta desde hace dos años y mi familia viene de apoyo en auto” dijo a La Nación.

El promesero comentó que el domingo a las 2 de la madrugada salieron desde Azotey y llegaron ayer a las 19:00 aproximadamente. “Ayer a la noche llegamos, a las 7 por ahí pero como estábamos muy cansados no pasamos y hoy recién pasamos” explicó el padre de familia. Además comentó que la gente le ayuda por el camino y que hay apoyo durante el trayecto.

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