Si bien la enfermedad es más conocida en perros, también puede aquejar a los felinos domésticos. Anuncian que en el país se tiene previsto llevar a cabo próximamente un trabajo de investigación interinstitucional al respecto.
Recordemos que la leishmaniasis visceral canina es una enfermedad parasitaria zoonótica, crónica en animales, sin embargo, en personas que la adquieren tiene cura si es tratada oportunamente. El diagnóstico serológico en perros se realiza de forma gratuita en el Programa Nacional de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico Nacional, ubicado dentro del Campus de la Universidad Nacional de Asunción, en San Lorenzo.
La leishmaniasis es causada por un protozoo parásito del género Leishmania, transmitido por la picadura de flebótomos (mosca del drenaje) infectados. En Paraguay, el perro constituye el principal reservorio urbano de la leishmaniasis visceral.
Síntomas del perro
El perro infectado con este parásito presenta pérdida de peso, lesiones de piel como descamación y úlcera de piel, principalmente en el hocico, orejas y extremidades, conjuntivitis, fiebre, decaimiento, hepato-esplenomegalia, hipertrofia ganglionar y crecimiento exagerado de las uñas, incluso sangrado de nariz. Indican que en caso de que la mascota refiera cualquiera de estos signos clínicos, el propietario debe acudir al veterinario para que se pueda realizar en la mascota la evaluación y el diagnóstico correspondiente.
Gatos no son la excepción
Según afirmó el personal del Programa de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico, Dr. Jorge Miret, esta enfermedad puede afectar igualmente a los felinos domésticos.
Anunció que en el país se tiene previsto llevar a cabo próximamente un trabajo de investigación interinstitucional al respecto. “Tenemos un proyecto en curso en el que evaluaremos el impacto que puedan tener los gatos en la epidemiología de la leishmaniasis en el área metropolitana de Asunción. Es un proyecto que se está planificando. La idea es hacer una búsqueda activa a partir de un muestreo y análisis serológico/parasitológico en albergues y refugios de gatos”, comentó el veterinario.
Un promedio de 1000 nuestras al mes
El Programa Nacional de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico Nacional (PNCZyCAN) procesa al mes un promedio de 1000 muestras de perros para la detección de leishmaniasis visceral por la técnica serológica inmunocromatográfica rK39, a pedido de los dueños de los canes y las clínicas veterinarias.
Además de la búsqueda activa en áreas endémicas y la intervención de focos de leishmaniasis visceral humana, señaló el profesional. El diagnóstico serológico de la leishmaniasis canina, realizado en el Programa de Control de Zoonosis es gratuito.
Miret manifestó que se realiza muestreo de los perros existentes a 500 metros a la redonda de la residencia del afectado. Aproximadamente, entre 100 a 150 muestras se colectan en cada foco de intervención. Las muestras son procesadas en el Laboratorio de Leishmaniasis del citado Programa para el diagnóstico serológico; los resultados son entregados a los propietarios de los canes. En caso que el resultado arroje positivo a leishmaniasis, se sugiere la eutanasia del animal, de forma a cortar con el foco de transmisión en perros y humanos.
Dijo además que si bien se recurre a tratar al animal afectado con fármacos de uso humano para la leishmaniasis visceral humana, el tratamiento es de por vida. Se consigue muchas veces mejorar la condición clínica y bajar la carga parasitaria, pero la probabilidad de transmisión de la enfermedad sigue latente. El perro con leishmaniasis no tiene cura parasitológica; en cambio la persona infectada con esta enfermedad puede ser tratada y curada.
Recomendaciones
El veterinario recomienda como medida de protección colocar a las mascotas pipeta o collares con insecticidas-repelentes a base de piretroides, además de las vacunas anti-Leishmania para su uso en perros disponibles en el país; esto evitará que el flebótomo los pique y transmita el parásito. “El flebótomo vector puede picar a un perro infectado y pasar el parásito a otro perro sano”, refirió.
El especialista dijo que un perro infectado con Leishmania infantum sin ninguna protección puede transmitir el parásito en un periodo de 6 meses a unos 10 animales sanos y también a las personas. Además, se recomienda la eliminación adecuada de basuras que puedan ser fuente de cría de los flebótomos y la fumigación dentro de las casas. Recuerdan que es importante realizar un evaluación serológica y/o parasitológica por lo menos una vez al año a todos los perros a partir de los 6 meses de edad para el diagnóstico precoz de la enfermedad.