El arquitecto e historiador Jorge Rubiani, opinó acerca del incendio que consumió el Museo Nacional de Brasil. Mientras ellos mendigan recursos para mantenimiento y restauración, en Paraguay ni siquiera existe tal rubro, a su criterio. Más que un incendio, a nuestros museos les están consumiendo la humedad, goteras y desidia, comentó en contacto con la 970 AM.
Respecto a la implicancia de Paraguay en la pérdida, significó: “Es un museo de Ciencias Naturales y Paleontología, donde hay una riqueza muy importante para Brasil. Hay 20 millones de piezas destruidas, entre ellas arte greco-romano, la colección más completa del arte egipcio en América. Hay una pérdida importante y la opinión de los responsables, que estuvieron a cargo de ese museo, hablan de una verdadera tragedia nacional. En el sentido de que cientos de años de memoria se han perdido”.
Rubiani instó a tomar conciencia sobre el valor de estos archivos y resguardarlos. “Tiene implicancia para nosotros en cuanto a las lecciones que nos dejan. Si eso sucede en Brasil, en Paraguay probablemente las pérdidas no sean tan grandes porque no tenemos instituciones tan grandes y completas”, adujo.
Reconoció que en comparación a años anteriores, hoy el Archivo Nacional está mucho mejor equipado, el cual tuvo asistencia de restauradores de papel porque estaban en muy malas condiciones, abandonados.
Antecedentes
“Hoy día en Brasil, el lamento de los políticos es tomado casi como un sarcasmo. Hace cuatro años se solicitaban el equivalente a 100 millones de euros para el mantenimiento que se recortó al límite de la indigencia y la consecuencia es lo que sucedió anoche”, sostuvo Rubiani.
Por otro lado, contó que no es la primera vez que Brasil es alertado sobre estos sucesos. “En el 2016 se incendió la Cinemateca de Río con más de 1500 filmes con una colección importantísima de filmes americanos y brasileños, y también se incendió otro museo en Sao Paulo, el año pasado”, expuso.
Lección
Afirmó que en el país existe solo rubro para empleados, desdeñando la seguridad que deben tener los objetos. “Los museos nuestros tienen goteras, humedad, más que un incendio, de una manera sostenida y permanente, se están destruyendo nuestros valores”, aseveró.
En cuanto a la relación histórica con el vecino país, ejemplificó el caso del Museo Montenegro, situado en Río Grande do Sul con piezas pertenecientes a Paraguay. “Es una reliquia para el Paraguay, que tenemos que hacer todo lo posible para tener por lo menos una copia digitalizada”, analizó.
La herencia paraguaya
“Pero también es una cuestión histórica. Durante mucho tiempo nuestros grandes historiadores: Fulgencio R. Moreno, Justo Pastor Benítez, inclusive Manuel Domínguez, decían: ‘No, voy a llevar este documento a mi casa porque acá se va a robar’. Sí, probablemente, pero las personas también se van y los descendientes no lo cuidan”, explicó.
Sobre la alternativa de la colección privada, puntualizó: “El problema con la colección privada es que si el descendiente del sujeto que coleccionó no tiene la misma pasión o la misma consciencia de eso, se pierde, vende por migajas cuando termina el duelo de su padre”.
Desvalorización histórica
Describió casos en donde los archivos de Paraguay fueron condenados al olvido. “Nosotros hemos tenido varias pérdidas, entre ellas la del incendio de febrero de 1543 cuando se incendió Asunción y con ello los documentos más importantes de la fundación hasta ese momento. Pero fueron nada más que seis años de actividad histórica que pudieron haberse perdido. Pero después durante el traslado de la capital hacia el interior, primero Luque, después Piribebuy, desaparecieron muchas cuestiones”, evaluó.
“En Piribebuy se salva la documentación que se había capturado porque los soldados brasileños empezaron a utilizar para iniciar los fuegos para el mate. El museo de Chiquito con las piezas de Zipoli, encontraron en un excusado en Bolivia porque los muchachos usaban las partituras como papel higiénico”, continuó ilustrando.