Por Carolina Vanni

Árboles con historia, con gente que los cuida y los protege, así son los tres Samu'û centenarios, que concursan por el trofeo de Colosos de la Tierra, la premiación que otorga la ONG A Todo Pulmón, Paraguay Respira a propietarios de los árboles que se conservan frondosos, a pesar del paso del tiempo. De esta forma, la ONG busca crear conciencia de la importancia de la conservación de los bosques.

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Los primeros árboles visitados ayer viernes en la zona Chaqueña, en el marco de la primera expedición del concurso Colosos de la Tierra se lleva adelante bajo el lema #ÉlYaEstaba. Es así que ayer arrancó la travesía con recorridos por ciudades de la Región Occidental, como Filadelfia y Colonia Neuland.

Un equipo conformado por 54 personas, entre técnicos, famosos y representantes de medios comunicación partieron a la medianoche del viernes en 10 vehículos, formando así una formidable caravana que recorre los suelos chaqueños, y mañana domingo estará por Concepción.

La expedición tiene por objetivo verificar a seis primeros árboles de los 20 finalistas de entre 539 postulaciones, 56 de ellos del Chaco y de los cuales, 5 resultaron finalistas. “Este año el Chaco aumentó muchísimo las postulaciones”, dijo Florencia Arano, de la ong A Todo Pulmón.

A fin de determinar al árbol ganador del concurso que se realiza en su 7º Edición, las expediciones son para tomar las medidas de los 20 colosos finalistas: circunferencia de tallo, (tomada a 1 metro, 30 cm de altura), circunferencia de Copa y altura.

Los Colosos

Para llegar al primero de los colosos, no solo fuimos a las afueras de Filadelfia, sino además, a unos dos km de la Chacra Experimental de la Cooperativa Fernheim. Justamente la asociación realizó un concurso interno para elegir a los más frondosos árboles y el primero en ser visitado fue el ganador de la competencia.

El primer samu'u visitado está ubicado en el predio de la Cabaña Chacra Experimental Fernheim. Foto: Carolina Vanni.

Se trata de un samu’û que sirve de hogar a animales silvestres. El imponente ejemplar está ubicado en el predio de la Cabaña Chacra Experimental Fernheim, situado a 8 km del casco urbano de Filadelfia.

Kimberly Weibe, aseguró que si bien no sabe la edad del árbol, sí conoce que sirve de hogar a decenas de animales, ya sean aves como primates, ya que los pájaros cuelgan sus nidos en sus ramas, mientras que los monos se alimentan de las flores y semillas. “Alimenta a los animales y es un árbol bien lindo”, aseguró.

El predio donde está ubicado el samu’û tiene 3600 hectáreas, de los cuales más de 2000 hectáreas son de pastura y el resto bosque. El predio comenzó a ser habilitado alrededor de los años 1950, con el fin de hacer pruebas.

Samu’û de la amistad

Para llegar al segundo árbol fuimos un buen trecho por camino de tierra, dejando polvo blanco a nuestro paso. Este samu’u, postulado por el señor Seighard Shartner, dueño de la propiedad en la que se conserva este majestuoso árbol, guarda una rica historia de amistad entre el inmigrante ruso (Seighard) y el nativo Daniel Pasohai, de la etnia Ayoreo y de amparo tanto a los animales como a personas.

“Esta propiedad de 163 hectáreas la compré en el año 1969 de mi padre, por 50.000 guaraníes, pagaderos en 5 años, es decir 10.000 guaraníes por año”, indicó al asegurar que la propiedad es parte de la Colonia Fernheim.

Por su parte, el indígena Daniel Pasohai, comentó que muy niño quedó huérfano y tras esto, tuvo que elegir entre “morir o vivir”, por lo que hizo amistad con los “paraguayos” y comenzó a recorrer gran parte del territorio nacional. No obstante se casó y se asentó en la colonia, donde hoy en día vive con su familia, su esposa Elena y sus tres hijos.

El segundo Samu'u guarda la historia de amistad entre el indígena y el colono ruso. Foto: Víctor Ariel Basualdo.

Luego de instalarse en la colonia, en una ocasión, el inmigrante ruso lo contrató para que cuidara del gran árbol, pero de eso hace más de 30 años y así nació una amistad que persiste hasta la fecha, en torno al cuidado del legendario samu’u.

“Yo vengo a limpiar este lugar y le hablo al árbol, le digo que espero que se mantenga siempre así. Si el tuviera que contar todo lo que sabe sería mucho lo que dice”, manifestó el nativo entre risas al contar su relación con el dueño de la propiedad y su afecto hacia el gran árbol.

Este añejo Samu’u tiene en su base un gran hueco, que según los habitantes de la zona sirvió de amparo a quienes eran sorprendidos por las lluvias en pleno campo, así como también a desamparados que no tenían hogar. Hoy, el hueco es habitado por murciélagos que lo usan como madriguera.

Samu’u custodiado por Robbie

Para el tercer árbol también se anduvo por camino de tierra. La caravana pasó frente a varios establecimientos, dejando polvo a su paso. Al llegar al lugar, fuimos recibidos por Robbie, el perro de la familia. Apenas llegamos, la mascota corrió emocionado al recibimiento de los visitantes y en todo momento se mostró cordial y afectuoso con quienes se acercaron a él.

El tercer Samu'u es custodiado por Robbie, el perro de la familia. Foto: Víctor Ariel Basualdo.

Este añejo árbol está situado en la colonia Hohenau (Colonia 20) de Neuland, a unos 25 km de Filadelfia y pertenece a la señora Margita Hildebrand. Sin embargo, fue su hija Dorhotea Froese de Eid quien nos contó que la propiedad en la que está asentada la gran planta la compró su padre cuando apenas tenía 17 años, pero de esto hace ya más de 5 décadas.

“De niña pasábamos por acá, para llevar a las lecheras y veíamos que había un gran árbol. Siempre lo limpiamos y preservamos y lo seguimos manteniendo porque es bonito y bien grande”, indicó Dorhotea, quien también comentó que en torno a este árbol vivía una pareja de indígenas que siempre cuidaba del árbol.

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