Por Aldo Riquelme, enviado especial.
El que quiere volver, que vuelva, pero como se pueda. El retorno desde la capital espiritual paraguaya no cambia y sigue siendo tan caótico como cada año. Pasajeros colgándose de la estriberas de las unidades del transporte público y los conocidos guardas cobrando un pasaje “redondo” de 5.000 a todos los destinos.
Supuestamente, los precios se mantienen desde Caacupé a Asuncion G. 4.700, Caacupé a Fernando de la Mora G. 4.100, Caacupé a San Lorenzo G. 3.700, Caacupé a Capiatá G. 3.000, pero aquí la realidad es otra.
Los ómnibus no cumplen con requisitos mínimos que exige la Dirección Nacional de Tránsito (DINATRAN) y llevan a algunos devotos casi afuera de los buses, unidades que se ven rebasadas en su capacidad. Esto ante la atenta mirada de quienes aún no pudieron subir y esperan el “milagro” de poder retornar salvos y sanos hasta sus respectivos hogares.
Por otra parte, las personas que van es su vehículos particulares, se encuentran atascadas en el tránsito por culpa de los colectivos que avanzan lentamente que suben pasajeros y frenen el retorno rápido hacia distintas localidades del país.