El español Rafael Nadal, vigente campeón del Abierto de Australia, se despidió con una derrota y una lesión del primer Grand Slam del año, donde siguieron adelante la número uno del mundo, la polaca Iga Swiatek, y la adolescente estadounidense “Coco” Gauff.
Abonado a las gestas épicas, como la remontada de hace un año para llevarse el trofeo, el español de 36 años sucumbió esta vez al empuje del estadounidense Mackenzie McDonald (6-4, 6-4, 7-5), número 65 del mundo, y a una nueva lesión, la tercera consecutiva en un Grand Slam.
“No puedo decir que no estoy destrozado mentalmente en este momento, porque estaría mintiendo”, dijo después en una rueda de prensa donde se le vio abatido y con la voz a punto de quebrar.
MEDVEDEV Y TSITSIPÁS
El ruso Daniil Medvedev, finalista en el 2021 y 2022, batió al australiano John Millman por 7-5, 6-2, 6-2, y el griego Stefanos Tsitsipás, tres veces semifinalista en Melbourne, endosó un contundente 6-3, 6-0, 6-2 al también tenista local Rinky Hijikata.
SWIATEK PASA
La número uno del mundo, la polaca Iga Swiatek se impuso a la combativa colombiana Camila Osorio, número 84 del mundo (6-2, 6-3).
El resto de las favoritas también resolvieron sus compromisos, como la estadounidense Jessica Pegula (Nro. 3), la griega Maria Sakkari (Nro. 6) o “Coco” Gauff (Nro. 7), que batió en la pista central a la británica Emma Raducanu (6-3, 7-6 [7/4])
Rafael Nadal alcanzó este lunes los octavos de final del Masters 1000 de Madrid luego de un partido de más de tres horas contra el argentino Pedro Cachín (n.º 91) por 6-1, 6-7 (5/7), 6-3. El español con 22 títulos de Grand Slam no ganaba tres partidos consecutivos desde el US Open 2022. Hoy, se enfrenta al checo Jiri Lehecka (n.º 31) por un boleto a los cuartos de final.
“Aprovecho al máximo jugar aquí, no puedo pedir má s , todo el tiempo q u e acumule esta semana sobre la pista tiene un gran valor para mí, tanto emocionalmente como tenísticamente”, expresó Nadal.
Tras el partido, ambos jugadores se dieron la mano en la red, momento que el argentino aprovechó para confesar a Nadal: “Cumpliste mi sueño, gracias”.
Hay que comenzar por el final, se puede discutir la forma, pero los triunfos tienen un valor superlativo. En el estadio Arsenio Erico de Barrio Obrero, Olimpia tuvo su premio con el gol de la victoria por 1-0 sobre Nacional, que llegó mediante el volante Ramón Martínez, quien atropelló para rematar el rebote concedido por el arquero Antony Silva.
En unas de las últimas acciones del juego, cuando pintaba que el partido ter-minaba en empate sin goles, Hugo Fernández se encargó de cobrar un córner, que casi se convirtió en gol olímpico. Antony Silva extremó recursos, se lanzó para desviar el balón sobre la raya de sentencia y ahí apareció Ramón Martínez para liquidar el expediente con potente remate, que por fin sacudió la red para la única conquista.
Por momentos, el trámite fue con buena dinámica y ambos equipos se intercambiaron la posesión. Nacional se mostró más despierto y ambicioso de entrada para pelear cada pelota. Olimpia estuvo impreciso, con muchas dudas en el fondo y le costó generar en zona ofensiva.
Juan Fernando Alfaro, de Nacional, se cruza e intenta abortar un avance de Carlos Arrúa, de Olimpia.FOTO: JORGE JARA
El golero Gastón Olveira tuvo un par de tapadas importan-tes para salvar a un equipo franjeado que arrimó poco peligro. Al cabo del primer periodo, la Academia dilapidó las mejores oportunidades en los pies de Alan Gómez y Tiago Caballero. En el segundo tiempo, en medio del desorden, Olimpia fue más ambicioso.
El entrenador Martín Palermo se jugó con tres cambios de una vez, todos de tinte ofensivo. Nacional tuvo un bajón en lo físico y ya no tenía claridad para forzar en la ofensiva con algunos contragolpes. De todas maneras, pare-cía que la Academia podía aguantar el empate hasta el final, que no le venía mal considerando que el rival de enfrente era Olimpia. El Franjeado cumplió su parte y espera que el líder pueda sufrir algún tropezón en sus próximos juegos, como para seguir en la pelea por el campeonato.
Descubren un agujero negro atípico en la Vía Láctea
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El telescopio espacial europeo Gaia, consagrado a la cartografía de la Vía Láctea, descubrió un agujero negro de una masa récord que representa 33 veces la del Sol. Algo jamás visto en nuestra galaxia, según un estudio publicado el martes pasado.
Por Juliette Collen AFP
Texto: Gentileza
El objeto, bautizado Gaia BH3 y situado a 2.000 años luz de la Tierra, en la constelación del Águila, pertenece a la familia de los agujeros negros estelares que surgen del colapso de estrellas masivas agonizantes.
Son mucho más pequeños que los agujeros negros supermasivos situados en el corazón de las galaxias, cuyo proceso de formación es desconocido.
El descubrimiento de Gaia BH3 se debió “al azar”, dijo a la AFP Pasquale Panuzzo, investigador del instituto CNRS en el Observatorio de París-PSL y principal autor de los trabajos publicados en Astronomy & Astrophysics Letters.
Los científicos del consorcio Gaia estaban analizando los últimos datos de la sonda con miras a la publicación del próximo catálogo en 2025, cuando hallaron un sistema de estrellas binarias particular.
“Veíamos una estrella un poco más pequeña que el Sol (75 % de su masa) y más brillante, que giraba alrededor de un compañero invisible”, lo que se podía inferir por las perturbaciones que le provocaba, dice Pasquale Panuzzo, responsable adjunto del tratamiento espectroscópico de Gaia.
El telescopio espacial da la posición precisa de las estrellas en el cielo y los astrónomos pudieron entonces caracterizar las órbitas y medir la masa del compañero invisible de la estrella: 33 veces la del Sol.
Observaciones más avanzadas de telescopios en tierra confirmaron que se trataba bien de un agujero negro, de una masa mucho más importante que la de los agujeros negros de origen estelar ya conocidos en la Vía Láctea, entre 10 y 20 masas solares.
Tales mastodontes ya fueron detectados en las galaxias lejanas a través de las ondas gravitacionales. Pero “nunca en la nuestra”, dice el doctor Panuzzo.
Comparación del tamaño de varios agujeros negros estelares de nuestra galaxia
AGUJERO NEGRO DURMIENTE
Gaia BH3 es un agujero negro “durmiente”: está muy lejos de su estrella compañera para sacarle materia y no emite por lo tanto ningún rayo X, lo que hace su detección muy difícil.
El telescopio Gaia logró hallar los dos primeros agujeros negros inactivos (Gaia BH1 y Gaia BH2) de la Vía Láctea, pero estos tienen masas estándar.
A diferencia del Sol, la pequeña estrella del sistema binario de BH3 es “muy pobre en elementos más pesados que el hidrógeno y el helio”, explicó el Observatorio de París en un comunicado.
“Según la teoría, solo las estrellas pobres en metales pueden formar un agujero negro tan masivo”, señala Panuzzo. El estudio sugiere por lo tanto que el “progenitor” del agujero negro era una estrella masiva también pobre en metales.
La estrella del sistema, de 12.000 millones de años, “envejece muy lentamente”, mientras que la que formó el agujero negro “solo ha vivido 3 millones de años”, agrega.
“Estas estrellas pobres en metales estaban muy presentes al comienzo de la galaxia. Su estudio nos da informaciones sobre su formación”, agrega el científico.
Otra curiosidad de la pareja estelar es que el disco de la Vía Láctea gira en sentido contrario al de las otras estrellas. “Tal vez porque el agujero negro se habría formado en otra galaxia más pequeña que habría sido devorada en los comienzos de vida de Vía Láctea”, añade.
La sonda Gaia de la ESA (Agencia Espacial Europea), que opera a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra desde hace 10 años, suministró en 2022 un mapa en tercera dimensión de las posiciones y movimientos de más de 1.800 millones de estrellas.
El tenista español Rafa Nadal se impuso sin dificultades (6-2, 6-3) al italiano Flavio Cobolli, 62.º del mundo, ayer martes en su partido de regreso al circuito ATP en el torneo de Barcelona, tras una lesión que le hizo estar fuera desde principios de enero. Su rival de segunda ronda será el australiano Álex de Miñaur, cuarto cabeza de serie.
Nadal, de 37 años y ganador de 22 torneos de Grand Slam, había reaparecido en el inicio de 2024 en el torneo de Brisbane (Australia) después de casi un año de baja por sus problemas físicos.