- Por Alba Delvalle
La figura del joven empresario que en el 2012 innovó en el país al abrir la primera fábrica de galletitas tras haber sido gerente regional de una cadena de supermercados en Orlando, EE. UU., rápidamente llegó a posicionarse con su marca. Lideró la UIP Joven para luego ser vicepresidente de Asuntos Internacionales de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), uno de los gremios más representativos del país.
Marco Riquelme, actual viceministro de Industria, brindó una entrevista al diario La Nación/Nación Media para hablar acerca de sus planes en el nuevo cargo que ocupa, de cómo equiparará su visión de emprendedor nato para posicionar a Paraguay como un país industrializado, eliminar la barrera de la mediterraneidad mental y convertir la materia prima en valor agregado.
–¿Cómo se dio esta transición, de venir del sector privado al público, estaba en sus planes?
–Esto fue algo totalmente repentino. En noviembre me llama el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, para conversar. En ese entonces era vicepresidente de Asuntos Internacionales de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y pensé que era sobre una cuestión institucional, o alguna misión comercial. Ahí me empezó a contar cómo fue su transición en el sector público, qué le sumó esta faceta y qué le sumó él al país.
Conversamos sobre los aspectos que conocemos en el sector privado, la experiencia de innovar, de ejecutar y aplicar el concepto, de hacer las cosas rápidamente versus la burocracia del sector público, que es en lo que vamos a hacer énfasis, en facilitar al sector los procesos.
–¿Qué aportará Marco Riquelme al sector industrial?
–Yo llegué con la visión de una capacidad de gestión de que hay que ejecutar. Si hay una palabra por la que me medí en estos 15 años de experiencia laboral es ejecución y eso es lo que traigo a la mesa del ministerio para poder aportar mi granito de arena en la transformación de lo que es un mejor futuro compartido.
A la empresa que creamos con mi familia aporté tres cosas de cero: una fábrica de algo que antes no se producía en el país, una marca y una distribuidora que ahora, tras una década de trabajo, está arraigada en la mentalidad del paraguayo como una de las pocas industrias de valor agregado que tiene la bandera de exportación en Paraguay.
–Si bien son muchos desafíos, ¿cuáles estarán en la agenda prioritariamente?
–El tema energético, la industrialización y la atracción de inversiones es en lo que vamos a ayudar a desarrollar el potencial que tiene Paraguay, de modo a descentralizar la ejecución de proyectos con base a la experiencia que tenemos en el sector privado. También el desbloqueo de la mediterraneidad mental que tenemos muchas veces, de pensar solamente en el mercado local, uno pequeño y que en varios casos tiene una competencia desleal, que es el contrabando.
A nosotros nos toca arreglar el avión en vuelo, así que estamos a las corridas y no podemos perder tiempo, porque todos los años hay jóvenes que están ingresando a la población económicamente activa y tenemos esa gran responsabilidad de ayudarlos a conseguir trabajo.
“ESTAMOS REGALANDO NUESTRA VENTAJA COMPETITIVA”
–Ya con la experiencia de generar valor agregado, ¿cómo impulsará esa transición?
–Como industrial, como paraguayo, y ahora en este rol, mi visión es dejar de exportar materia prima y hacerlo con productos terminados. El 75 % de lo que exportamos a nivel país es materia prima como energía eléctrica o granos, con lo que estamos regalando nuestra ventaja competitiva a los otros países para que ellos se industrialicen, generen riquezas, divisas y fuentes de trabajo.
Nosotros tenemos todo para una mayor industrialización, tenemos gente joven, energía abundante y barata, la tasa impositiva más baja de la región, posición geográfica estratégica para abastecer a la región, no hay carga sindical muy alta, tampoco las cargas sociales. Entonces, la gran pregunta es ¿por qué no estamos llenos de multinacionales o fábricas? Eso es lo que nos toca responder y a partir de ahí generar políticas públicas que cambien la realidad económica del país a través de la industrialización.
“ME DESAFÍA Y ME APASIONA”
–¿Qué representó para usted la propuesta para asumir el cargo?
–Claramente le agradecí al ministro, y lo primero que le comenté fue que tenía que hablarlo con la familia, con mi esposa y ver también en la empresa para dejar todo en orden. Entonces, vimos esto como una oportunidad de estar en un lugar con gente en la que confiamos, que vemos que están haciendo algo por el país y tomamos la decisión en familia de poder asumir esta aventura hasta que termine el actual gobierno.
Para mí será un aprendizaje, una maestría que me desafía y me apasiona, por la oportunidad de poder servir a mi país y de alguna forma ayudar en la transformación de todo el potencial que tiene Paraguay, que sabemos que es grande. Estando en la UIP o como empresario muchas veces me tocó criticar o aplaudir desde la tribuna, pero una vez que se está del otro lado recién se puede dar cuenta uno de si se puede o no.
Por todo eso, es un desafío personal poder ejecutar tantos proyectos que hablamos con el sector público y hoy me toca venir a entender el porqué no se puede o probar que sí se puede con gestión.