Uno de los indicado­res que Standard & Poor’s (S&P) tuvo en cuenta para mejorar la cali­ficación crediticia a Para­guay a inicios del año, fue su sólido desempeño económico durante una década, ya que el producto interno bruto (PIB) creció en términos reales una tasa anual promedio de 4,1 % entre el 2010 y el 2019.

Al respecto, el presidente de la Cámara Paraguaya de Pro­cesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), Antonio Iati, expresó a La Nación/Nación Media que ese logro, al igual que el grado de inver­sión conseguido en julio de 2024 por Moody’s, elevan el posicionamiento de Para­guay ante el mundo y propi­cia un mejor entorno para el desarrollo de nuestra econo­mía.

En ese sentido, destacó el papel importante que des­empeñaron las inversiones radicadas en la agroindustria nacional para ello. Por eso, el titular de Cappro afirmó que para aprovechar al máximo el grado de inversión y que más empresas extranjeras vengan al país, es clave que el Gobierno defina una política industrial, para transmitir a estas firmas la seguridad de que las condi­ciones se mantendrán a largo plazo, de modo a que las agroin­dustrias y todas las que pue­dan vincularse a estas, pue­dan tener la garantía de que su inversión está protegida.

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“Para que se puedan dar más inver­siones y puedan aprovechar el potencial existente en cuanto a disponibilidad de mate­rias primas, será clave que el Gobierno defina una polí­tica industrial. Sostenemos que la agroindustria es una de las áreas que el Gobierno debe fortalecer, instalando políticas públicas y en parti­cular políticas industriales que permitan derribar obstá­culos, alentar el crecimiento industrial y aumentar la inversión en el país”, resaltó Iati a LN. Otros de los puntos mencionados por el referente gremial, que la administración actual debe tomar en cuenta para poten­ciar la coyuntura microelec­trónica actual es establecer los mecanismos que permi­tan demostrar ante los mer­cados más exigentes que toda la producción nacional cum­ple con las exigencias de los más altos estándares a nivel mundial, así también, desa­rrollar un plan maestro que permita mantener y mejo­rar las condiciones de nave­gabilidad de nuestra princi­pal vía de conexión comercial al mundo, la Hidrovía Para­guay–Paraná.

“En resumen, las condicio­nes necesarias para conso­lidar inversiones en el país son: institucionalidad y esta­bilidad de las reglas de juego. En lo referente a la industria en general, establecer polí­ticas industriales para ace­lerar el agregado de valor en el país, para el desarrollo de Paraguay y en beneficio de su gente”, finalizó el titular de la cámara.

INVERSIONES

La Cappro, que aglutina a las industrias aceiteras, es el rubro industrial más impor­tante del país en materia de saldo de inversión extranjera directa, con USD 861 millones, según datos del Banco Central del Paraguay. Por eso sostie­nen que la consolidación de la molienda de la soja dentro del territorio paraguayo es el esla­bón fundamental para el desa­rrollo del resto de la cadena: la producción avícola, porcina, la piscicultura, los productos lác­teos, el biodiésel, las margari­nas, entre otros.

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