El año 2002 se erige como el peor año económico de Para­guay porque coincidió con el peor momento de los indi­cadores sociales, con una pobreza del 55 % (más de la mitad del país), en medio de la crisis financiera de los años 90 y principios de los 2000. Luego de un proceso de refor­mas estructurales, Paraguay tomó otro giro y, 20 años des­pués, pudo reducir esa tasa a la mitad, al 26 %.

Esto tiene que ver principal­mente con el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en las últimas dos décadas, que, si bien aún no es el esti­mado, sí fue el factor clave para reducir la pobreza en el país, aseguró el ministro de Economía y Finanzas (MEF), Carlos Fernández Valdovi­nos. “Es cierto que el creci­miento del PIB no es sufi­ciente, pero fue el principal factor que llevó la pobreza del 55 % al 26 %, 20 años des­pués de hacer bien las cosas”, manifestó Carlos Fernández Valdovinos a la 1020 AM.

También hizo énfasis en que la constancia es mejor que una revolución. Afirmó que no es útil crecer en torno al 10 % o 12 % para luego sufrir una regresión. Reiteró que en 20 años se logró duplicar el PIB, y que esto se logra sin atajos; “es como una maratón, no una carrera de 100 metros”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Reconoció que, para él, el potencial de Paraguay es grande y que aún no se ha lle­gado a donde verdaderamente se desea. Por eso, valora la demanda de la gente de querer estar mucho mejor; pero, para ello, se deben dejar de lado las ideas populistas y traba­jar para que el sector privado siga dando puestos laborales, con las condiciones ideales.

MACROECONOMÍA

“Estoy contento de que la gente diga lo mismo; yo tam­poco estoy contento, quiero un país mejor. Tenemos que seguir esforzándonos. Lo que no debemos dejar es dejar de valorar la estabilidad que tenemos y seguir haciendo lo necesario para que esto siga mejorando y se creen puestos de trabajo para que la gente pueda autosostenerse y no caer en el populismo de que el Estado debe solucionar todos los problemas; tenemos que crear condiciones para que el sector privado invierta”, expresó.

Respecto al cuestiona­miento sobre la estabilidad macroeconómica, de que “no llega a los bolsillos de las personas”, dio un ejem­plo de por qué es necesario valorarla. “Imagínense si el dólar estuviera a G. 10.000 o G. 15.000, el salario sería una miseria. Por eso no cri­tico lo que la gente dice, pero ¿qué habría sido de nosotros sin una buena macroecono­mía?”, sostuvo.

Mencionó a Argentina y Venezuela, países con polí­ticas muy populistas que han llevado a sus ciudadanos a vivir con inflación y aumento de la pobreza en los últimos quince años, y dijo que no se debe caer en lo mismo, por­que los atajos no funcionan y solo perjudican a la gente.

Déjanos tus comentarios en Voiz