Con la promulgación del Poder Ejecutivo sobre la ley que busca crear pequeñas hidroeléctricas, expertos en energía hablan de una posibilidad de transformar no solo el sistema energético del país, sino también el propio crecimiento económico por el impulso directo de más fuentes de trabajo. “Este plan dejará más mano de obra y más inversiones, ya sean privadas, públicas o internacionales. Cuando las grandes empresas del Paraguay decidan hacer sus pequeñas turbinas, tendremos casi el 80 % de la inversión privada en el país”, dijo el empresario Raúl López, uno de los impulsores de la propuesta.
Para el profesional, se observará una economía nacional mucho más dinámica con el plan, entendiendo el sector energético como un área transversal a cualquier economía. Actualmente, solo se requiere la reglamentación del Viceministerio de Minas y Energías, aguardando el llamado a licitación para el inicio del desarrollo de los trabajos. La iniciativa surgió ante el consumo de energía cada vez más incrementado, a nivel nacional, hablando de unas pérdidas que rondan el 30 %. El Parque Tecnológico de Itaipú Binacional (PTI) había detectado 1745 lugares probables en torno a los ríos internos de la nación, para la instalación de pequeñas hidroeléctricas que podrían constituir una respuesta.
VENTAJAS CENTRALES
“Más del 50 % de las inversiones se observará en la generación de trabajos previstos con la instalación del plan”, expresó el ingeniero electrotécnico Guillermo Krauch. Se hablaría de casi 10 mil empleos directos con el plan, los cuales luego se multiplicarían por cinco al hablar de empleos indirectos. En total, el PTI ha seleccionado 22 lugares como los de mejores condiciones técnicas y económicas para llevar adelante el plan, que implicaría una inversión aproximada de USD 1.200.000. “La ley promulgada permite que toda la inversión se realice por el sector privado, pasando posteriormente bajo la administración del Estado”, subrayó.
Por otra parte, se hablaría de ventajas para la Administración Nacional de Electricidad (Ande) que, al tener la energía disponible en determinados territorios con las pequeñas centrales, pueda disponer de su energía para otros clientes. “Al no tener la Ande la necesidad de transportar sus generaciones, verá reducidas sus pérdidas”, señaló también. A esto se sumaría que, si el excedente puede ser introducido en el sistema local para su consumo, se tratará de más energía que la Ande no tendrá la necesidad de transportar de un lugar a otro.