El 2024 estuvo marcado por meses de crisis ante la falta de producción nacional de tomate en el periodo estacional, lo que elevó al máximo su precio, especialmente en los puntos de comercialización, llegando a valores picos de G. 25.000 en promedio. Los controles más estrictos al contrabando permitieron posteriormente el menor ingreso de producción extranjera para el momento de cosecha tardía que se dio entre los meses de junio y julio. A partir de ahí, la producción nacional de tomate no paró, con frutos de excelente calidad generándose una superproducción de esta hortaliza con precios más que accesibles y una relativa mejor paga en finca.

En este punto, las ferias de la Agricultura Familiar Campesina y las dedicadas exclusivamente al tomate, fueron cruciales para generar el mercado de ventas.

Pero esto no culminó con esta dinámica normal, ya que para octubre los importadores locales recibieron la consulta de proveedores argentinos, de la posibilidad de venderles tomate paraguayo ante la escasez en este territorio vecino. Este sector importador fue el nexo con los productores nacionales, quienes sin dudarlo aseveraron contar con cantidad y, sobre todo, con la calidad del tomate demandado. Así, el 18 de octubre se daba un hecho histórico, tras 70 años, de que Paraguay volvía a exportar tomate a la Argentina, pasando de importador y receptor de contrabando a proveedor.

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La primera carga de tomate exportada a la Argentina fue de 30.000 kilos, y solo en esa primera etapa envió 60.000 kilos a la provincia de Córdoba. “A la Argentina se llegaron a exportar 55 cargas o camiones de tomates paraguayos, desde el primer envío hasta pasado mediados de noviembre. Cada carga transporta unos 1.400 kilos, que hacen 30.000 kilos, y llegamos a 1.650.000 kilos o poco más de 1.650 toneladas”, dijo el director de comercialización del MAG, Ernesto Sotelo.

De esta forma, Argentina se convirtió en un “mercado ganado”, aseguró, por la cantidad de envíos realizados, coordinados directamente entre los productores, el nexo comercial local y los importadores argentinos, que tuvieron que recurrir a estas compras ante el faltante de tomate en ese gran mercado.

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