• Por Armando Giménez Larrosa

El organismo proyecta una expansión económica del país alrededor del 4 % para este año y destaca que liderará la región.

Paraguay ingresó este año a las gran­des ligas tras conse­guir el grado de inversión por parte de calificadora de riesgos Moody’s, una de las tres principales calificadoras de riesgo del mundo. Con esto, la econo­mía se ubica en el ojo de los inversores y tiende a tener un mayor desarrollo. Fue lo que resaltó Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Inter­nacional (FMI), en una entrevista para La Nación/ Nación Media.

“El estatus de grado de inversión es un reflejo de un entorno económico estable que fomenta la confianza entre los inver­sionistas nacionales e internacionales”, agregó, destacando que mante­ner el estatus es clave para el desarrollo de la econo­mía local. El FMI proyecta una expansión económica alrededor del 4 % para este año y destaca que liderará la región. El representante del FMI brindará una con­ferencia mañana lunes 4 de noviembre en la sede del Instituto del Banco Cen­tral del Paraguay.

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-¿Cómo ven el creci­miento regional para este 2024 ante los nue­vos escenarios de riesgos tanto climáticos como conflictos internacio­nales?

-Esperamos que América Latina y el Caribe crezca un 2,6 % en 2024, un ritmo similar al de 2023, y que se desacelere a 2,2 % el año próximo. Como discutimos en nuestro reporte Pers­pectivas Económicas para las Américas, la mayoría de las economías está ya ope­rando cerca de su tasa de crecimiento potencial tras una recuperación rápida de los shocks de los últimos años.

Si bien también podemos encontrarnos con sor­presas positivas, los ries­gos para el crecimiento a corto plazo son en general a la baja. En especial, nos preocupa una escalada de las tensiones geopolíticas y sus implicancias sobre el comercio internacional y el precio de las materias pri­mas, que podrían afectar el crecimiento y llevar a un resurgimiento de presiones inflacionarias.

Las proyecciones prelimi­nares colocan a Paraguay como líder de crecimiento en la región sudamericana.

-¿Cómo observan uste­des el desempeño local?

-La economía paraguaya se recuperó satisfacto­riamente de la sequía de 2021/2022 con un creci­miento del 4,7 % en 2023. Ese rebote se ha consoli­dado en 2024 con un creci­miento proyectado de alre­dedor del 4 %, apoyado en cambio por un fuerte con­sumo interno en un con­texto de expectativas de inflación estables y meno­res costos de endeuda­miento.

-¿Cómo ayuda a Para­guay tener grado de inversión en cuanto al crecimiento económico y en qué contribuye con el desempeño de la región?

-El estatus de grado de inversión es un reflejo de un entorno económico estable que fomenta la confianza entre los inver­sionistas nacionales e internacionales. Si bien Paraguay ya tiene una de las primas de riesgo más bajas de la región debido a sus finanzas públicas sóli­das y un nivel moderado de deuda pública, el esta­tus de grado de inversión podría traer una reducción adicional en los costos de endeudamiento, haciendo más barato financiar pro­yectos públicos e infraes­tructura.

El estatus de grado de inversión puede atraer inversión extranjera directa, ya que los inver­sionistas se sienten más seguros en sus inversio­nes y tienen acceso a finan­ciamiento menos costoso, lo que acarrearía creci­miento económico y crea­ción de empleos. También aumenta la credibilidad del país en los mercados inter­nacionales, mejorando su capacidad para negociar acuerdos comerciales y atraer asociaciones comer­ciales.

Los países con grado de inversión pueden acceder a una gama más amplia de mercados e inversionis­tas, lo que permite una mejor planificación financiera y asignación de recursos. En general, man­tener el estatus de grado de inversión es clave para pro­mover un desarrollo econó­mico sostenible.

Con respecto a la contribu­ción al desempeño regio­nal, Paraguay ya es un líder en crecimiento. Poder atraer más inversiones de otras regiones podría crear efectos positivos en las economías regiona­les a través de cade­nas de suministro, comercio e inver­sión regional. Que Paraguay haya alcan­zado grado de inversión tam­bién sirve de ejemplo para otros países de la región que necesitan fortalecer sus finanzas públicas y bajar sus ratios de deuda.

-¿Cómo se avizoran el desempeño económico de Paraguay y la región en el 2025?

-En lo que respecta a Para­guay, las perspectivas de crecimiento para 2025 son positivas. Se proyecta un crecimiento en torno al 3,5 y el 4 %. Se prevé que el consumo seguirá siendo un motor impor­tante. Existe una mayor expectativa de afluencia de inversión extranjera directa en los sectores forestal y manufacturero, y podrían atraerse más inversiones ahora que el país cuenta con el grado de inversión. Si bien existen riesgos a las proyec­ciones, estos se mantienen equilibrados. Las vulne­rabilidades generadas en el sector externo guardan relación con la variación de los precios de las mate­rias primas.

En el ámbito local, Para­guay está expuesto a fenó­menos climáticos severos, como sequías e inunda­ciones, debido a su depen­dencia del agua para la producción agrícola y ganadera, el transporte fluvial y la generación de energía. Para la región, en general, esperamos que el crecimiento se modere en 2025, pasando del 2,6 por ciento en 2023-24 al 2,2 por ciento en 2025, en un contexto de brechas de producto en su mayo­ría cerradas y un entorno externo estable en relación con el 2023. Si bien pode­mos tener sorpresas posi­tivas, los riesgos para el crecimiento son mayormente des­favorables, siendo una escalada en las tensiones geopolí­ticas en el mundo uno de los riesgos principales

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