El río Paraguay empezó a descender nuevamente de forma marcada y está cerca de romper otro récord de bajante, tras alcanzar ayer sábado la referencia de -1,13 metros en Asunción, siendo el mínimo histórico -1,14 metros. Con la baja profundidad del cauce hídrico, se permite un calado máximo de 8,5 pies para la circulación de las embarcaciones hasta Pilar, lo que obliga a seguir reduciendo el nivel de carga y podría repercutir en sobrecostos, según advierte la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP).
El jefe del Departamento de Dragado de la ANNP, Benjamín Martínez, detalló el escenario de crítica bajante, limitando los niveles de calado en los últimos meses. “Ahora, según la nueva resolución de la Prefectura Naval, está habilitada la circulación únicamente a 8 pies y medio de calado entre Asunción y Pilar. Desde este punto hasta la confluencia con el Paraná, se disponen 9 pies”, explicó a la 780 AM.
En circunstancias normales, una embarcación con carga máxima necesita circular con un calado de 10 pies, según Martínez. El escenario actual obliga a los navieros a movilizarse con una capacidad de carga reducida, que genera sobrecostos en términos de logística. “Aún así, no se detuvo la navegación. En el 2021, con una referencia de -0,75 metros del nivel del río, ya estaba detenida la navegación. Hoy, los trabajos de dragado se han intensificado y nos permiten seguir navegando. Ya no tenemos la altura, solo tenemos profundidad en el canal de navegación, que venimos repasando constantemente, por lo que aprendimos en el 2021″, agregó.
Debido a los trabajos de dragado, las embarcaciones aún pueden llegar hasta Asunción y no realizar trasbordos terrestres desde Pilar, tal como sucedió durante la crítica bajante de 2021.
“Una embarcación completa equivale prácticamente a 1.000 camiones por tierra. Hay un gran impacto de encarecimiento de los fletes cuando se realiza el trasbordo”, precisó. Para los próximos meses las proyecciones no son alentadoras y no se prevén buenos niveles de lluvias que puedan contribuir a hacerle frente a la crítica bajante. “Todo indica que, entre octubre y noviembre, el régimen pluviométrico estará por debajo de lo normal. Recién para diciembre podríamos tener un aumento de los caudales, pero para eso necesitamos lluvias prolongadas, que no se vislumbran ante la llegada del fenómeno climático La Niña”, añadió.