La Cámara Paraguaya de Biocombustibles y Ener­gías Renovables (Biocap) comparte su preocupación tras reciente aprobación por la Cámara de Diputados de modificaciones en la Ley 5444/2015, de fomento de consumo de alcohol absoluto y alcohol carburante, que dan preferencia al alcohol derivado de la caña de azú­car en un mínimo del 50 %, no así de otras materias pri­mas, en la mezclas para obte­ner gasolinas de menos de 97 octanos. La ley vigente esta­blece que el porcentaje sea definido en función a estu­dios técnicos realizados por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).

“Consi­deramos que esta legisla­ción podría generar proble­mas significativos, como la especulación de precios, al establecer cupos obligato­rios, por la intervención en el libre mercado, que ade­más distorsiona la oferta y la demanda”, expresó el presi­dente del gremio, Massimi­liano Corsi. Dijo que el factor del porcentaje obligatorio del 50 % como mínimo en el uso de caña de azúcar puede generar más conflictos ade­más de poner en riesgo la seguridad y soberanía ener­gética del país.

En la sesión del martes 17 de setiembre, con 70 votos de los diputados se aprobó con nue­vos ajustes el proyecto para modificar los artículos 7 y 11 de la Ley 5444, que, en junio pasado, el Senado había apro­bado fijando un cupo de “50 % etanol cuya materia prima sea caña de azúcar, y 50 % proveniente de otras mate­rias primas”. Por su parte, Diputados aprobó una “pre­ferencia al alcohol derivado de la caña de azúcar produ­cido en el mercado interno nacional, garantizando un mínimo de 50 % de origen de caña de azúcar”. El pro­yecto original fue presentado por los senadores Lizarella Valiente, Antonio Barrios, Luis Pettengill, Gustavo Leite, Natalicio Chase, Patrick Kemper y Zenaida Delgado. Ahora vuelve al Senado para tratar las polé­micas modificaciones intro­ducidas.

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Para el titular de la Biocap, la ambigüedad regulatoria que representa la modifica­ción aprobada, podría lle­var a decisiones arbitrarias y aumentar la incertidum­bre para los inversores a la hora de querer incursionar en el rubro de los biocom­bustibles.

Fundamenta a la vez que la ley como quedó, podría desincentivar la innovación al limitar la diversidad de materias pri­mas. “Es importante des­tacar que hasta ahora se ha vendido más etanol de maíz que de caña, con un 71,7 % en 2022 y 68,3 % en 2023, lo que resalta la desconexión de la ley con las realidades del mercado”, remarca Corsi.

De ahí que sacan a luz las interrogantes como, por qué no dejan al libre mercado decidir cuál materia primar utilizar más para hacer un determinado tipo de bio­combustible, o por qué con­dicionar algo que natural­mente debería pasar. Como medida alternativa, se debe­ría poner énfasis en atajar el contrabando de azúcar, de unas 120.000 toneladas al año, aproximadamente, o casi toda la producción de caña de azúcar.

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