La filigrana es una técnica orfebre milenaria que consiste en elaborar piezas de joyería de modo de encajes, utilizando finísimos hilos de metal, preferentemente de oro y plata. En la actualidad, el uso de la plata es el más preferido en el mercado. Esta producción característica es aprovechada para el desarrollo de actividades turísticas y de promoción, a través de las cuales se puede apreciar el proceso productivo. Los principales productos elaborados son los aros, pulseras, anillos, collares, prendedores, portalápices, gemelos, entre otros y los mayores puntos de producción son las ciudades de Luque y Areguá, ubicadas en el departamento Central.
En Paraguay, el origen de la filigrana se remonta a la venida de la colonización española y, principalmente, la ciudad de Luque es conocida por la producción de finas piezas elaboradas por talentosos orfebres.
Jorge Núñez, instructor y encargado de la filial de Luque del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) de la Asociación de Joyeros de la ciudad, mencionó que el sector necesita un empujón y contar con ferias permanentes para difundir mayormente sus productos, ya que años atrás se contaba con unos 1.500 productores, pero la cifra actual oscila entre 200 y 300 productores.
Incluso algunas familias (incluidos los hijos) se dedicaban a la producción, que hoy se trata de una actividad extra para los artesanos y solo quedan algunos que viven de esto. “Nos falta un lugar exclusivo para ir a ver, donde puedas ir un fin de semana, como en una feria permanente. Falta un vínculo con la gente de la Ruta de la Artesanía, en eso es lo que hay que trabajar y que se direccione más a los turistas y a la gente hacia nosotros”, dijo Núñez.
PLATERÍA: LA MÁS ELEGIDA
Sobre los productos, Núñez mencionó que lo que más se vende es la platería y la temporada alta se da en las fiestas de fin de año, ya que se adquieren regalos empresariales. “Lo que más se compra son aritos, pulseras, de G. 70.000 hasta G. 150.000 máximo. Ocasionalmente vienen los turistas y compran para regalar”, expresó y puntualizó que ya se pueden encontrar productos desde G. 30.000.
El sector puede generar muchas ganancias para el país porque cada artesano produce de forma semanal aproximadamente 200 gramos a 250 gramos en unas doce horas. “Ponele que hace a G. 100.000 el gramo, ya son G. 2.000.000. En buenos tiempos esa era la producción y fácilmente se producía”, sostuvo.
Los diseños de las piezas son variados y en su mayoría parten de la imaginación del orfebre. Se pueden encontrar distinguidas y delicadas joyas con detalles de imitación de flores, picaflor, hasta de instrumentos musicales como el arpa y la guitarra, que junto a la filigrana son la carta de presentación de la ciudad de Luque.
La técnica usada es un trabajo manual que consiste en rellenar con finísimos hilos de metal formas huecas o figuras previamente elaboradas por el artesano, formando un dibujo semejante a un encaje. Las piezas son muy apreciadas y en los últimos años ganó más notoriedad de la mano de diseñadores que incluyen en sus obras la filigrana. “Solo nos falta que lleguen más turistas o gente que venga direccionada a la artesanía. Si hay más movimiento más artesanos van a volver a hacer. Nos falta el semillero, ya que es el mayor déficit, porque los comerciantes ganan también por nosotros”, afirmó.